COMUNICADO A LA OPINION
PUBLICA
El Paro Cafetero en el
que millares de campesinos se han tomado las carreteras de varios departamentos
del país desde la semana pasada, es la respuesta más justa de los productores
ante la política de empobrecimiento, marginación, exclusión y olvido, ejecutada
por el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Respuesta justa que
sobrepone la lucha por la dignidad de los explotados por encima de los
intereses funestos de los grandes productores y exportadores. Éstos a través de
la historia, han amasado sus riquezas con el trabajo de un ejército de
jornaleros sin garantías salariales y ni qué decir de las laborales, mediante
la tierra usurpada en la guerra civil mal llamada “violencia” de dos décadas a
mediados del siglo pasado, por el grano mal pago y sin lugar a dudas por la
implementación de una política cafetera orientada a endeudar hasta los tuétanos
al campesinado, como medio para financiar la producción y comercialización del
grano de los grandes productores, principales beneficiados de los incentivos
económicos para la producción.
La lucha del campesinado
por territorios para el café es una lucha contra la locomotora minero –
energética del Gobierno Santos, quien se ha empecinado en convertir las tierras
de los campesinos, que hasta hoy nos han provisto de alimentos, en un gran
hueco desierto, pedregoso y contaminado. Vale decir, que el Plan Colombia
Minera 2019 concesionará cerca de 20 millones de hectáreas para la extracción
de minerales, por tanto este bazar de tierras y territorios hará más ricos y
poderosos a los “santos” dueños de las empresas transnacionales y dejarán en la
miseria y en la calle a sus verdaderos protectores y propietarios, que le han
creado riqueza y desarrollado infraestructura a la nación por más de un siglo y
medio.
No es ningún crimen que
los campesinos cafeteros exijan un pago justo por los sacos producidos, más
bien estas propuestas deben entenderse como una apuesta de equitativa
redistribución de las abultadas ganancias de la FNC que a la fecha son
apropiadas por un grupo selecto de las más poderosas familias de empresarios.
Tampoco es un crimen que se proponga al Gobierno que se prohíban las
importaciones de cafés de mala calidad de países vecinos y distantes, pues éstas
han conducido al empobrecimiento de los productores.
Lo que sí se constituye
en un crimen es el trato vil y despótico de la fuerza pública contra la inerme
población, la que ha sido vejada, apaleada, maltratada. Este trato infame,
demuestra que Colombia sigue siendo la de Miguel Abadía Méndez, quien defendió
los intereses de las transnacionales bananeras con la masacre de las bananeras
de diciembre de 1928.
La Colombia de Santos
está lejos de ser una democracia. No hay respeto alguno por el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos, como tampoco
los derechos constitucionales a la libertad de organización,
movilización y protesta. Lue go no es un
buen precedente para la paz, que desde las altas esferas del Estado se aliente
a la fuerza pública para que arremeta brutalmente contra el campesinado
pacíficamente movilizado.
Por estas razones la
Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA, se
solidariza con los hermanos campesinos que vienen participando del Paro
Nacional Cafetero. Como lo hemos expuesto en otras oportunidades, consideramos
que la solución del problema de los cafeteros, especialmente de los pequeños y
medianos productores, son sin duda alguna un paso importante para construir la
ansiada paz con justicia social.
En sucesivas
oportunidades hemos propuesto que la solución al problema de los campesinos,
indígenas y afrocolombianos, parte del reconocimiento de su papel político como
sujetos de derechos y del aporte de la producción campesina en la economía
nacional, siendo menester que:
1. Se establezca una
nueva legislación agraria que reconozca al campesinado políticamente, proteja
la economía agraria nacional; de pasos certeros hacia una reforma agraria
democrática dentro de la frontera agropecuaria e incentive la producción,
transformación, mercadeo y comercialización de productos generados por los
pueblos campesinos, indígenas y afrocolombianos.
2. Se ordene el
territorio con participación popular, de tal manera que se limiten las zonas
mineras, no se superpongan en los territorios de las comunidades campesinas,
indígenas y afrocolombianas y en consecuencia NO afecten la producción agraria
ni los espacios destinados a la conservación del medio ambiente y la
naturaleza.
3. Se desarrolle una modificación estructural de
la Federación Nacional de Cafeteros para que sea dirigida principalmente por
campesinos y no por empresarios, lo que garantizará que exista justicia
redistributiva de la renta cafetera, donde los más necesitados reciben más
recursos.
4. Se garanticen los derechos laborales de los
jornaleros del café.
Invitamos a los
campesinos vallecaucanos en particular y al pueblo colombiano en general, a
sumarse a la Movilización por la Paz con Justicia Social este 9 de abril en
Bogotá, esta marcha tiene el objetivo de
respaldar el proceso diálogo como la única alternativa para la solución
política del conflicto social y armado colombiano.
Finalmente invitamos a
participar masivamente en las Constituyentes por la Paz, cuyo propósito de
darle la palabra al constituyente primario que es el pueblo colombiano para que
discuta y proponga las soluciones a las causas sociales, económicas y políticas
que han originado el conflicto armado colombiano.
Las Constituyentes por
la Paz son una preparación de la posible Asamblea Nacional Constituyente en
donde se refrendarían los acuerdos de la Mesa de Diálogo de La Habana.
POR LA PAZ
CON JUSTICIA SOCIAL, POR LA PAZ CON TIERRA, TERRITORIO Y DIGNIDAD PARA LAS
COMUNIDADES
¡VIVA EL
PARO NACIONAL CAFETERO!
Valle del Cauca, Marzo 6 de 2013
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