Querido ser humano,
para evitar eso de
ellos y ellas.
Usted que es una persona efervescente, que
quiere cambiar el mundo
y tener historias para sus nietos,
le advierto lo
siguiente.
Si marcha a favor del pueblo,
una
partícula de polvo puede ir a parar a uno de sus ojos
y arrancarle un par de
lágrimas.
Si va por ahí gritando Justicia para el
pueblo,
del cielo le podría caer un madero en cualquier parte de su
efervescente cuerpo
, y créame: Eso duele bastante.
Si la palabra dignidad le parece sonora
y la usa constantemente en público,
unos jabalíes sin colmillos le patearán su
efervescencia, lo rastrearán hasta su hogar, su escondite para ellos, y eso no
es bueno, se lo aseguro.
Pero si un día,
haciendo uso
irresponsable de la efervescencia que dios le dio,
usted que es capaz,
asume
las vías de hecho, gritando cosas subversivas
, como dignidad, libertad,
pueblo,
el gas lo hará llorar, ya no el polvo matutino,
y el madero se
convertirá en balas y usted no sabrá que hacer entre una multitud remota,
inocente, que no tiene la culpa.
El miedo se apoderará de usted. Sé por qué se
lo digo
Pero usted, mi pequeño efervescente, que
es muy inteligente,
sabrá que esta parte de ímpetu y rebeldía ha llegado a su
fin.
Se graduará con honores,
tendrá su
esposa, un hijo, quizás un hogar feliz.
Es la mejor decisión que podría tomar
un efervescente.
Pues de pronto ya vendrían apresuradas
la amenaza, la tortura, la cárcel, la muerte,
y no las soportaría.
Le escribo
estas palabras porque no me gustaría tenerlo a mi lado en prisión,
lamentándose
de lo que no fue,
retractándose y criticando si vale la pena cada segundo,
la
lejanía, la humillación,
leyendo las imágenes que saco del sombrero mágico que
es mi alma
para consolar su profunda y absurda falta de carácter.
Como haría para delicadamente confesarle
que perdió su tiempo, que usted no es revolucionario,
que no es chicha ni
limoná,
a lo sumo un hombre que se pudre en una cárcel.
Pero si le gustara la terquedad de su
signo,
que no ve la felicidad como algo unipersonal,
entonces su caso es serio,
crítico dirían los especialistas.
Usted mi querido compañero,
presenta un
delicado cuadro de conciencia social aguda
. y déjeme decirle: Es incurable.
En
ese caso, reciba un abrazo de mi parte.
Y es a Usted precisamente a quien no
quisiera ver en Prisión.
Tenga la certeza que Usted es importante.
Carlos Lugo,
Cárcel las Heliconias, Florencia Caqueta
solidaridadjuridica.org
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