2013/ Octubre 1/ El Espectador/ Camila Zuluaga/
El exministro, protagonista de los procesos de paz con las Farc desde los
80, dice que para firmar la paz es necesaria una constituyente y que ese grupo
subversivo preferiría correr riesgos sin Santos a dejarse presionar con un
referendo que no le da garantías.
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Álvaro Leyva asegura que sí conversó con las Farc en La Habana, pero lo hizo con consentimiento del Gobierno. / Reinhard Dienes |
En una semana clave para el trámite del referendo de paz propuesto por el
Gobierno, El Espectador habló con el exministro Álvaro Leyva, quien sostiene
que las Farc no aceptarán nunca ese mecanismo de refrendación, ya que conlleva
algo que no se le ha contado al país: darle facultades de las tres ramas del poder
al presidente Santos para el proceso de paz.
¿El proceso de paz
agoniza? ¿O lo que está sucediendo es normal?
Ni está agonizando ni es normal. Está en un momento difícil, porque no
estamos sólo en un proceso de paz, sino de otros ingredientes: elecciones y
reelección de Santos.
¿Todos los problemas
que hay son por la necesidad del presidente Santos de reelegirse?
Hay insistencias del Gobierno en la mesa que son necesidades del mismo,
pero no se requieren para llegar a la paz. ¿Cuáles? El referendo. El Gobierno
quiere atarlo a una fecha electoral, cuando ni siquiera el punto está siendo
evacuado en la agenda. Es decir, por un lado el Gobierno ha insistido en no
salirse de la agenda y en que los puntos se deben tocar tal y como se
consignaron en ella. La refrendación, que no se puede confundir con el
referendo, es el punto seis y hasta ahora se está evacuando el punto dos. Si
hacen el referendo y se trastoca la agenda después de decir que es
inmodificable, es porque se le presentó una necesidad al Gobierno ajena al
proceso mismo para llegar a la paz.
¿El referendo es un
tema que se ha venido tratando en la mesa?
Es un tema extramesa sobre la base de que no debía trascender y que no se
podía decir nada sobre el mismo, entre otras cosas porque estaba adelantado el
punto de la agenda.
¿Ha sido sólo el
Gobierno el que se ha salido de la agenda?
El Gobierno es muy quejoso de cosas que ellos (las Farc) sueltan, como
cuando hablaron de los paros que no están en la agenda, pero si ocurre uno
ellos hablan al respecto. Eso lleva a que el Gobierno tenga que decir que las
Farc se están saliendo de la agenda. Aunque Santos dice que nada de lo que se
diga por fuera de la mesa es, y el que más dice por fuera es él. Es como
decirle al público que muchas de las cosas que habla no valen. Hay unos afanes
que llevan a tropiezos.
Los paros debilitaron
al gobierno. ¿Les conviene a las Farc un Santos debilitado ante la opinión?
Aquí hubo una cosa que todo el mundo desechó. Un amigo del Gobierno hace
ocho días me dijo: si hubiéramos revisado eso en su momento no estaríamos
metidos en todo esto. Y es el aplazamiento del calendario electoral. No el de
la presidencia, sino el de todos.
Aplazamiento al que
Piedad Córdoba le hizo fuerza.
Ella no entendió bien la propuesta. Piedad, que es una persona que admiro
a pesar de no tener comunicación con ella, hace una labor que aplaudo y
respeto, pero a veces dice cosas a destiempo. Eso requería que saliera de la
mesa, no era para votarlo así, porque lo mató de entrada. Estaríamos en una
situación completamente diferente si se hubiera hecho bien.
¿Por qué las Farc
querían aplazar el calendario electoral?
Mire, interpreto esa propuesta de manera bondadosa para el Gobierno,
significaba que quería hacer la paz con Santos. Porque si no estuvieran
buscando la paz con él, no hubieran hecho esa propuesta. Creo que ellos
preferirían correr riesgos sin Santos, a que los metan a la carrera en un
referendo en donde no existen las seguridades que se están buscando. Hay una
falta de análisis político enorme en el Gobierno. Sería una vergüenza que
dentro de un mes tengan que decir que el referendo no, porque para él se
necesitan dos partes.
¿Las Farc aceptarán el
referendo?
No, no lo van a aceptar. Pero no porque lo diga yo. Al referendo hay que
meterle unos ingredientes que para ellos son fundamentales, como el Marco
Jurídico para la Paz. Les proponen un marco jurídico que ni siquiera está
desarrollado legalmente. Uno que requiere una ley estatutaria y conocimiento de
la Corte Constitucional. Les piden que se metan a un referendo sin saber cómo
va a terminar.
¿Eso quiere decir que
las Farc no tienen la intención de firmar acuerdos antes de las elecciones?
No hay compromiso de fecha, aquí se puso una plazo que coincide con la
necesidad de quien quiere reelegirse. Cuando se acordó la agenda los
representantes del Gobierno no tuvieron en cuenta eso, o por lo menos no
plasmaron nada que estableciera que esto iba hasta el momento en que
estuviéramos próximos a las elecciones. Sale una fecha de un cubilete porque
hay una necesidad electoral.
¿Las Farc pueden decir
que no tienen reloj, pero no sería perjudicial para ellos si la reelección no
es de Santos?
He hablado con interesados en la Presidencia y hay un doble discurso, uno
hacia dentro y confidencial, y otro hacia fuera. Aquí lo que caló de Uribe fue
la seguridad democrática, entonces muchos de los personajes que están en la
actividad política deben mantener esa bandera, porque es el momento de salir a
cosechar votos. De tal manera que en principio no les creería a los que están
hoy en la arena política porque están detrás de los votos y de montarse en las
encuestas.
¿Qué tan cercano está
usted al proceso?
Me siento muy cercano porque no hay cosa que se produzca por la que
inmediatamente no tenga una opinión.
¿Tiene contacto con
gente en La Habana o no?
Si es necesario se puede buscar, hay unos que dicen que sí, otros que
dicen que no. El año entrante cumplo 30 años de haberme vinculado a los
procesos de paz, eso lleva a que uno pueda estar al tanto de muchas cosas para
las cuales no necesita conversar.
Le insisto, ¿ha tenido
contacto con la gente de La Habana?
En una oportunidad fui a La Habana y lo dije para que no fueran a pensar
que estaba conspirando. Busqué al ministro del Interior y no me quiso recibir,
insistí en Palacio y tampoco me quisieron recibir. Le pedí cita al hermano del
presidente y me la dio, fijó una fecha y por la mañana dijeron que no. Busqué a
Angelino Garzón, a Juan D. Jaramillo, no se pudo. Uno no puede estar donde no
lo convoquen.
¿Usted quería hablar
con ellos porque venía de La Habana de hablar con quién?
En ese momento estuve con ellos y aquí lo supieron. Me pareció que yo
había captado una serie de cosas útiles, pero uno no puede transmitir si no
quieren que lo haga. Eso hace que uno tome medidas, pero no significa que no
tenga unas seguridades respecto de lo que está sucediendo y que no tenga la
suficiente capacidad como para no anticipar.
¿Cuando estuvo en La
Habana les habló de la constituyente?
Cuando hay unas malquerencias y falta la objetividad viene una postura
negativa. Yo he sido amigo de la constituyente. Muchos dicen que las Farc son
amigas de la constituyente porque yo lo dije. Y no, ellos son amigos de la
constituyente desde hace rato. Varios años atrás hablé mucho con ellos por
radioteléfono y tengo grabaciones de Jacobo Arenas diciendo que esto requiere
una constituyente. Después trataron de entrar a la constituyente y por eso se
hizo Caracas para intentar que ellos pudieran entrar, pero De la Calle lo
impidió. Todo lo de La Habana lo inventamos para la constituyente, entonces
ellos tienen una cosa muy fuerte que el Gobierno no ha querido comprender, yo
puedo desaparecer del mapa, pero ellos van a seguir insistiendo en un hilo
histórico. Ellos se mueven como se mueven los cristianos, pegados a la historia
y eso lo sabe el Gobierno.
¿Es usted asesor de
las Farc?
Muchos lo creen así. Cada cual dice lo que quiera, esa lección la aprendí
hace años. Después de superar aspiraciones y luchas de carácter personal, mi
única misión es la paz, por encima de intereses de partidos y personas, y por
más prestantes que ellas sean. Eso tiene su precio, sin embargo, es lo que
pienso después de estar casi 30 años en las lides de la reconciliación.
‘Les propusieron crear un congresito’
Timochenko’ amenazó
con contar cosas que el Gobierno les ha propuesto en privado. ¿Qué es lo que no
sabemos?
Sé que les propusieron un “congresito”, pero nadie sabe para qué.
¿Cómo así un
“congresito”?
Que en el referendo se le entreguen al presidente unas facultades para
que desarrolle la agenda, para que dicte decretos, leyes y reformas de la
Constitución.
¿Lo que está diciendo
es que ese referendo traería inmersa la creación de un “congresito” para que a
Santos se le den unas facultades y que legislativamente pueda hacer lo que
quiera?
¡Y todos los temas de la paz! ¡Imagínese un solo señor decidiendo sobre
el agro y la política! Y lo incluye el acuerdo de paz.
¿Eso se lo dijeron los
negociadores del Gobierno a las Farc?
Sí. Eso que se ha dicho sotto voce ha comenzado a salir, entre otras
cosas porque la carta de Timochenko lo explica: un “congresito” con un Congreso
existente.
Aplazado el viaje de los congresistas a Cuba
¿Ese “congresito”
estaría supuestamente compuesto por quiénes?
Vaya usted a saber. Es cuando dicen que se dé a conocer lo que el
Gobierno les propuso a las Farc sobre ese “congresito” y lo que incluye el
referendo.
Entonces, ¿lo que
‘Timochenko’ amenaza con contar es lo que les propusieron sobre el referendo y
el “congresito” o hay muchas cosas más?
No sé, hasta allá no van mis audacias. Pero imagínese cuántas cosas no
habrán conversado allá.
¿Los congresistas
tienen noción de la intención de ese referendo de darle facultades extraordinarias
al presidente?
No creo. Por eso intuyo que pararon la fecha de viaje de los congresistas
a La Habana.
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