El
Comité Patriótico Nacional del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica
(COPAN), reunido en Bogotá los días 8 y 9 de febrero, ha realizado con éxito su
8va reunión, cumpliendo su función de elaborar el plan de trabajo nacional,
ajustar las iniciativas de acuerdo a las coyunturas políticas que se presentan
y evaluar el desarrollo de las definiciones del Consejo Patriótico Nacional. Esta
reunión deja ver un movimiento que se fortalece a diario y se consolida como
espacio de unidad férrea de las más variadas expresiones y organizaciones que
confluyen en su interior. El COPAN transmite un especial reconocimiento a los
periodistas y comunicadores alternativos y populares por su importante e
incansable labor de informar con fidelidad a la verdad y en defensa de los
intereses de la mayorías. Extendemos también un saludo entusiasta a los
capítulos de Marcha Patriótica en el exterior y agradecemos las voces de
solidaridad que desde diferentes países del mundo se han hecho sentir a favor
de nuestro movimiento y la solución política del conflicto colombiano. Como
conclusión de los debates abordados estos dos días, concluimos:
1. Hemos
realizado esta reunión del Comité Patriótico Nacional en medio de crecientes
signos de crisis del régimen de dominación de clase. El devenir del proceso
electoral ha puesto en evidencia el cierre antidemocrático del sistema político
y de representación; las grietas de la administración de justicia hacen cada
vez más notoria su crisis; el tratamiento generoso otorgado por el
Establecimiento a sus aliados del paramilitarismo ha aflorado para desnudar los
verdaderos alcances de la mal llamada Ley de Justicia y Paz que pone en riesgo
la posibilidad de la democratización real, la cual exige desmantelar el
fenómeno paramilitar en todas sus dimensiones; las interceptaciones ilegales
promovidas por la inteligencia militar han develado una vez más el carácter
policivo del Estado colombiano y mostrado la persistencia en la doctrina de la
Seguridad Nacional; la corrupción campea en todos los niveles e instituciones
del Estado; la ambivalente retórica presidencial entre la paz y la
intensificación de la guerra desdice de su voluntad real de transitar por el
camino de la solución política; los discursos guerreristas de la ultraderecha
continúan teniendo audiencia en sectores de las clases dominantes y de los
medios de comunicación. Todo ello muestra la incapacidad histórica de quienes
han ostentado el poder y su pretensión de continuar por todos los medios con su
régimen de privilegios. La necesidad de una profunda reestructuración del
Estado y el régimen político se encuentra al orden día.
2. Los
anuncios gubernamentales sobre presuntas mejoras sociales, la reducción del
desempleo y la pobreza, ocultan la creciente precarización del trabajo, la
persistente informalidad y la altísima concentración del ingreso, así como la
instauración del régimen de la llamada sostenibilidad fiscal, útil para
cercenar las posibilidades de financiación de los derechos sociales y
garantizar el pago de la creciente deuda pública. Las políticas neoliberales
han continuado su curso empobrecedor y destructor de la riqueza nacional como
lo demuestran los impactos de los Tratados de Libre Comercio. Los privilegios e incentivos otorgados a las
transnacionales sin la menor atención a los irreparables daños ambientales,
ponen de manifiesto la vulneración de la soberanía nacional y el carácter
antipatriótico del neoliberalismo que continúa gobernando en el país. Las
anunciadas proyecciones hacia la “Alianza para el Pacífico” muestran el interés
gubernamental por oponer y consolidar opciones neoliberales frente a los
esfuerzos de integración de Nuestra América, en perfecto alineamiento con los
intereses geopolíticos y económicos de los Estados Unidos en la Región. El
celebrado crecimiento económico, basado en la extracción minero-energética, la
construcción y la especulación financiera, no ha representado mejorías en la
situación de nuestro pueblo. Su anunciada desaceleración augura, por el
contrario, tiempos aún más difíciles. Superar
el modelo económico neoliberal constituye un imperativo que debe concitar los
mayores esfuerzos del campo popular.
3. Reafirmamos
nuestra decisión de contribuir a hacer realidad la solución política al
conflicto social y armado; apoyamos los avances que, en medio de la continuidad
de la guerra y de los saboteos del militarismo y la ultraderecha, se han dado
en la Mesa de diálogos de La Habana. Reconocemos el valor de los acuerdos
parciales sobre desarrollo rural y agrario y sobre participación política al
considerarlos como un invaluable aporte para la real democratización política,
económica y social que reclama el país. Insistimos en la necesidad de un
inmediato cese bilateral del fuego a fin de generar un mejor clima para el
desarrollo de las conversaciones y, sobre todo, para reducir los efectos que
produce la guerra sobre la población. Demandamos el cese inmediato del
intervencionismo militar estadounidense y de sus agencias de inteligencia, de
utilidad para atizar y prolongar la máquina de la destrucción y la guerra
contra nuestro pueblo. Exigimos el inicio inmediato de los diálogos con el Ejército
de Liberación Nacional, en el entendido que la perspectiva de la solución
política debe incluir a todas las fuerzas guerrilleras. Llamamos a fortalecer
los esfuerzos de paz del pueblo colombiano a través de un gran movimiento
social por la paz con justicia social y la ANC que, además de aislar y reducir
los intentos de sabotaje por parte de las fuerzas militaristas y de
ultraderecha, elimine por siempre las pretensiones, presentes en el propio
Gobierno de Santos, de darle una salida militar a la larga contienda armada que
por décadas ha caracterizado la historia de nuestro país.
4. Denunciamos
la persecución e intimidación de que es objeto nuestro Movimiento con falsas
sindicaciones judiciales que han producido el encarcelamiento de dirigentes y
militantes nuestros; rechazamos la desaparición y ejecución de decenas de
integrantes de nuestra organización, entre ellas la más reciente acaecida
contra la persona de nuestro compañero Jhon Jairo Vega, lo cual señala la
continuidad de la lógica fascista contra los luchadores populares y la
represión brutal del Estado contra quienes encarnan las alternativas de
transformación. Todo ello lo entendemos como parte de una campaña orquestada
por las clases dominantes con el propósito de impedir que nuevas fuerzas políticas
y sociales irrumpan en el escenario de la política para poner fin al régimen de
privilegios que ha imperado en el país. Manifestamos nuestra solidaridad con
las fuerzas democráticas y de izquierda, en especial con la Unión Patriótica,
así como con destacados líderes del campo popular sometidos a amenazas contra
su vida e integridad personal. Exigimos al gobierno del Presidente Santos las
garantías del caso para evitar los intentos de dar continuidad al largo ciclo
de guerra sucia que ha imperado en el país. Al mismo tiempo, afirmamos que no
permitiremos que nuestras voces rebeldes sean acalladas.
5. Reiteramos
nuestro compromiso con las movilizaciones y luchas de nuestro pueblo, esto es
de la esencia de nuestro movimiento, por lo tanto las continuaremos alentado
por lo que ellas representan no sólo en términos de la confrontación a las
políticas neoliberales imperantes, sino por su potencia organizadora y transformadora.
Valoramos los esfuerzos unitarios de los diferentes procesos que confluirán en
la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular. La perspectiva de un pliego
unificado de los pobres y explotados del campo, de campesinos, indígenas y
afrodescendientes, en defensa de la tierra, el territorio, los recursos naturales
y la soberanía alimentaria, deben generar nuevas condiciones para un poderoso
paro nacional agrario y popular, y contribuir a desatar dinámicas
constituyentes de las clases populares y desposeídas.
6. Manifestamos
nuestro compromiso con las movilizaciones y los procesos organizativos urbanos
por la democracia real, contra las configuraciones autoritarias y policivas del
Estado y del régimen político, incluidos los poderes despóticos del Procurador,
que se han expresado perversamente contra nuestra vocera, Piedad Córdoba,
víctima de la persecución inquisidora, y en la ciudad de Bogotá en el contexto
de la pretendida destitución del Alcalde Petro. Tales movilizaciones expresan
las posibilidades actuales de amplias confluencias sociales y populares en las
luchas cívicas y la potencialidad presente de dinámicas constituyentes en los
centros urbanos. Además de persistir en ellas, llamamos a dotarlas con nuevos
contenidos ligados a las problemáticas de la salud, la cultura, la educación, la
vivienda, los servicios públicos, el medio ambiente, la democracia local y,
sobre todo, del dominio que ejerce el capital financiero sobre los trabajadores
y sus familias. Los sectores urbanos que sufren los embates neoliberales en las
ciudades deben confluir en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular,
levantando sus banderas de lucha, para promover un espacio de unidad popular
sin precedentes que se encamine hacia la construcción de un frente amplio por
la paz y la Asamblea Nacional Constituyente.
7. Los
rasgos del proceso electoral en curso, caracterizado por un marketing político
carente de propuestas frente a los problemas centrales del país, dinámicas
clientelistas y corruptas propias de un sistema de fraude estructural, así como
por la ausencia de garantías para las fuerzas democráticas y de izquierda,
reafirman la postura de la Marcha Patriótica en el sentido de desestimar su
participación en el proceso electoral actual y de propugnar por una profunda
reforma del Estado y, en particular, del sistema político y de representación,
que posibilite y genere las condiciones para el ejercicio de la política de
quienes como nuestro Movimiento representan una alternativa de poder y aspiran
a ser gobierno. No obstante lo anterior, comprendemos que fuerzas políticas que
hacen parte de nuestro movimiento hayan decidido participar en la contienda
electoral y presentar sus candidatos al Congreso de la República. Valoramos
esas candidaturas y otras provenientes del campo popular, en atención a su
declarado compromiso con las causas de nuestro pueblo y, de manera especial,
con el proceso de paz y la democracia verdadera. Reiteramos que los militantes
y simpatizantes de nuestro movimiento que tomen la decisión de participar
electoralmente lo harán atendiendo el buen juicio político-democrático y
revolucionario.
8. Como
lo manifestamos en la declaración del séptimo Copan, realizado el 13 de octubre
de 2013, “rechazamos la reelección de políticas neoliberales, de paz rápida y
sin costo fiscal, de represión y criminalización de la protesta social;
las pretensiones de sectores militaristas y de ultraderecha de privilegiar
el escenario de la prolongación indefinida de la guerra; las ofertas de
falsas tercerías”. Reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de una
alternativa popular. No escatimaremos esfuerzos en la búsqueda de un nuevo
Gobierno Patriótico para la transición política hacia la democracia verdadera y
la paz con justicia social.
9. Nuestra
patria y nuestro pueblo demandan nuevos diseños institucionales en la
organización del poder y del ejercicio de la política, encauzados hacia la
soberanía y la autodeterminación, la profunda transformación del Estado y del
régimen político, la superación del modelo económico neoliberal, la protección
y el usufructo de nuestros recursos naturales para el buen vivir de nuestro
pueblo, la defensa de los bienes comunes de la sociedad, la protección y
garantía de los derechos humanos integrales, individuales y colectivos, la
superación del malestar de la cultura, la desmilitarización de la vida social, y
la integración de Nuestra América. Abrazamos como propias las luchas de los
pueblos latinoamericanos por su soberanía y autodeterminación y los procesos de
integración que se vienen consolidando en la Región como alternativas a la
dependencia imperialista y la lógica neoliberal impuesta por las potencias
capitalistas.
10. Nos
declaramos en acción constituyente. Continuaremos promoviendo, en medio de la
movilización y lucha contra el régimen imperante, las Constituyentes por la paz
con justicia social; vamos hacia una Asamblea Nacional delegataria de procesos
constituyentes regionales y sectoriales. Este esfuerzo político-pedagógico lo
comprendemos como parte de un proceso de acumulación de fuerzas, de
construcción de poder y de mandatos populares, que conjugado con otros procesos
del campo popular, puede contribuir a desatar la dinámica del proceso
constituyente hacia la nueva Constitución Política.
11.
Saludamos a nuestros compañeros de Marcha Patriótica que se encuentran en
prisión, a Huber Ballesteros, Francisco Toloza, Wilmar Madroñero, David Ravelo,
Omar Marín, Jorge Eliecer Gaitán y Carlos Lugo, cuya determinación ha sido
ejemplo de resistencia ante la persecución y la antidemocracia; agradecemos sus
invaluables aportes desde la cárcel; les expresamos nuestra solidaridad
indeclinable y exigimos su inmediata libertad. Asimismo, manifestamos nuestra
solidaridad con todos los prisioneros políticos, activistas y militantes por la
democracia y la justicia social. Un país para la paz es el lugar común de la libertad.
12. Declaramos
el 2014 como el año de la unidad, organización y lucha por la Asamblea Nacional
Constituyente, para la paz y la democracia. Llamamos a todos los procesos,
organizaciones y estructuras que conforman nuestro movimiento, así como los
procesos organizativos hermanos de la Unión Patriótica, del Congreso de los
Pueblos, de la Coordinadora Nacional de Movimientos Sociales y Populares,
Comosoc, de las organizaciones obreras, campesinas, indígenas y
afrodescendientes, de los demás partidos y movimientos del campo popular y, en
general, de las gentes del común, a concentrar sus esfuerzos en la batalla por
la convocatoria y realización de una Asamblea Nacional Constituyente.
Convocamos e impulsamos con los diferentes sectores que luchan por la solución
política al conflicto, la gran
movilización nacional por la Asamblea Nacional Constituyente para la paz y la
democracia en el mes de abril del presente año. La conformación de un bloque de
poder contrahegemónico se encuentra al orden día, representa un compromiso
patriótico, ético y político con nuestro pueblo. Ha llegado la hora de juntar
las rebeldías para gestar un nuevo contrato social que contribuya a superar la
crisis nacional y los límites impuestos por el régimen de dominación de clase,
así como a sentar las bases para la paz con justicia social hacia la democracia
popular.
Llamamos
a las gentes del común a juntar las rebeldías por una definitiva independencia.
COMITE
PATRIOTICO NACIONAL
MOVIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL MARCHA PATRIÓTICA
BOGOTA, 8 Y 9 DE FEBRERO DE 2014
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