Andrés Vargas
Publicado en: www.lahaine.org
Donde lo que no sale en
los medios masivos de televisión y prensa es inexistente. Una Colombia dónde el
estado criminaliza y encarcela movimientos sociales y políticos por ir en
contra de los intereses de la oligarquía (el 1% posee el 80% de la tierra
convirtiendo a Colombia en el país con más desigualdad social de América) en
una Colombia donde las desapariciones y los desplazamientos forzados son algo
habitual, y donde se teme denunciar todo esto, afortunadamente, hay personas
que han perdido el miedo o nunca lo han tenido, personas que ponen voz a los
que no tienen voz , y que sueñan con ver un país en Paz y con justicia social
arriesgando incluso la vida por ese sueño.
Hace algunos meses
estuve en una casa de Derechos Humanos en Cali, Valle del Cauca, llamada
Suyana, que se dedica a un tema primordial para la resolución del conflicto
como son lxs prisionerxs políticxs, donde pude hablar con su coordinador. Ésta
es una entrevista a Iván López coordinador de Suyana y ex prisionero político,
muchas gracias Iván por tu colaboración y gracias a tu equipo, por trabajar tan
incansablemente a pesar de las adversidades.
-¿Qué es Suyana?
Suyana es una
corporación que se creó para hacer acompañamiento a los prisioneros políticos
de Colombia especialmente en el sur occidente colombiano, que comprende tres
departamentos, Valle, Cauca y Nariño. El apoyo consiste en que el equipo de
abogados asume la defensa de algunos de ellos, en los estrados judiciales, no
alcanzamos a cubrir todos, porque nuestro equipo es demasiado pequeño, para la
gran cantidad de prisioneros que el gobierno tiene confinados en las cárceles,
pero igualmente estamos con ellos en las denuncias, y en las tareas
humanitarias, para procurar hacerles la vida un poco más dignificante...
-¿Tú fuiste un prisionero político, verdad?
Sí, a mí me tuvieron
también detenido, aunque en principio querían desaparecerme, el número de
desaparecidos en Colombia es muy grande, en la mayoría de los casos las
familias no denuncian por miedo, por lo que el estado pueda hacer contra ellos
también. En mi caso me tuvieron en dos etapas, la primera de 11 meses, en el
año 2002. Después de ese tiempo, salí por vencimiento de términos y seguía
vinculado al proceso. De tal manera que después de 5 años, me condenaron, y me
condujeron nuevamente a la cárcel dónde estuve 26 meses más, salí por una
figura aquí en Colombia se conoce como libertad condicional, lo que me impedía
salir del país porque no me lo permitía el juzgado.
-¿Sufriste torturas durante tu detención?
Cuando me capturaron en
Cali a las 7 de la noche, y me subieron a la fuerza los tipos del Gaula del
ejército de la tercera brigada de Cali, me comenzaron a hacer preguntas muy
intimidatorias dentro de la camioneta. Ante esas circunstancias me subleve…
comenzaron los golpes y allí, me encapucharon, para que no me diera cuenta por
qué sitios de la ciudad me estaban moviendo, y efectivamente después me
condujeron, como ellos mismo me decían, que me llevaban a un municipio cercano
de Cali, que se llama Jamundi. Esas vulgares bestias me dijeron que en ese
momento estaban capturando a mi compañera y que la iban a llevar a una finca
donde me estaban torturando a mí para volarle los sesos delante de mí, para que
yo les entregara a los diputados de la Asamblea del Valle que las FARC se
habían llevado del centro de Cali unos meses atrás.
Es de anotar que para
ese entonces, el ejército tenía una vinculación abierta, con los paramilitares
y ya habían cometido la masacre del Naya (mataron muchos campesinos e
indígenas, los acusaban presuntamente de colaboradores de la insurgencia).
Porque este es un modelo de gobierno que para no seguir desprestigiando más a
sus fuerzas armadas entonces comete esas masacres espantosas, a través de terceras
personas, para crear pánico y obligar a la gente a salir del campo a las
ciudades, es decir el desplazamiento forzado.
-¿Tu familia como reaccionó ante tu injusta detención?
De una manera muy
difícil… porque mi compañera… ella padecía una enfermedad terminal y con la
situación mía de nervios, se le agudizó de tal manera que murió, yo estando en
la cárcel. Y la situación de mi hijo también fue muy difícil porque a la
siguiente semana que me capturaron a mí parece ser que estos mismos cerdos,
ingresaron a la universidad del valle, donde él estudiaba sociología y le
colocaron una pistola en la cabeza diciéndole que ya que no me habían logrado
desparecer a mi entonces a él lo iban a matar, como pueden imaginar, la
situación no es nada fácil. En un estado, con todos estos criminales a su
servicio. Fue una época del tenebroso gobierno de Uribe Vélez, a mi familia me
la destruyeron, con mi hijo no pude volver a encontrarme, con la familia y los
amigos, a veces evitan tener comunicación frecuente conmigo, porque eso los
pone en peligro frente a los organismos de seguridad del Estado.
-¿Cuál es la actual situación de prisioneros políticos en
Colombia?
Es muy grave, porque las
condenas impuestas para ellos, son supremamente altas en la mayoría,
prácticamente de cadenas perpetuas, y no hay garantías para hacer una buena
defensa, hablamos en promedio de unos 9000 a 9500 prisioneros políticos en
Colombia, que en su gran mayoría son campesinos, sindicalistas, líderes
indígenas, líderes estudiantiles, defensores de derechos humanos (como sería
Suyana) de gente que está siendo procesada, a través de falsos positivos,
montajes judiciales de pruebas aportadas por el ejército y por la policía
fundamentalmente, donde ellos se convierten en juez y parte.
-¿Cómo ves los diálogos de paz en la Habana?
Con una gran
expectativa, como la que tenemos la mayoría de los colombianos a ver si por fin
esta pérfida clase gobernante, se dispone a despojarse de tantos privilegios, y
facilitar la construcción, de esa paz tan anhelada.
-¿Crees que se están cumpliendo las garantías de seguridad?
No hay ninguna garantía
de seguridad, quienes asumimos un papel de lucha en este modelo transformativo,
estamos siendo muy vulnerables, porque vivimos permanentemente, bajo el asedio,
de los organismos de seguridad del estado, que por lo general, son agentes
secretos de civil.
-¿Para una paz con justicia social, es primordial que los
prisioneros políticos sean excarcelados?
Es una exigencia y una
necesidad, eso se tiene que convertir en una meta porque es la calle, el
espacio natural que les pertenece, porque desde allí, ellos tienen mucho que
decirle en términos de construcción a un nuevo país, es decir aquí
necesariamente se tienen que dar las garantías para que esas prisioneras y
prisioneros. Se coloquen en el papel, que cumplió un Nelson Mandela y un Pepe
Mujica, por ejemplo.
-¿Unas últimas palabras?
Necesitamos muy
urgentemente la solidaridad del mundo entero, de la gente decente para que nos
ayuden a presionar al gobierno colombiano, y obligarlo a considerar seriamente
una política de Paz, estable y duradera, que no esté mediada por sus mezquinos
cálculos electorales de la reelección.
Tomado de:
http://www.lahaine.org/index.php?p=75324
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