Los negociadores de las FARC buscan el establecimiento de una “comisión especial de estudio con respecto a la situación de los prisioneros políticos”. La comisión “deberá identificar las víctimas del sistema estatal de administración de justicia que por razones políticas hayan sido objeto de montajes judiciales”.
2014/ Novimenre 14/ Movimiento carcelario/ Por: William T. Whitney Jr.
Los prisioneros en Colombia recientemente han ganado nueva visibilidad. Las acciones de protestas son un factor. El otro es la discusión en las
conversaciones de Paz de la Habana de los prisioneros como víctimas del
conflicto armado.
Lo
que sucede en las conversaciones prontamente llega a ser del conocimiento
público en Colombia y en cualquier lugar. Eso se debe a que los negociadores de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) alientan discusiones de
sus puntos de negociación en Colombia y los publican en el Internet. Noviembre
de 2014 marcó el segundo aniversario de las conversaciones entre las FARC y el
gobierno colombiano.
Comenzando
el 20 de octubre, huelgas de hambre y el rechazo de las reglas de la prisión se
extendieron a través de 14 prisiones colombianas. Portavoces del Movimiento
Nacional Carcelario (MNC), organizador de las protestas, denunciaron
hacinamiento, cuidados de la salud miserables, impedimentos para la visita
familiar, pobre alimentación, condiciones sanitarias inmundas, y agua escaza y
contaminada. Ellos acusaron a las autoridades de la prisión de tortura,
represalias y corrupción.
Prontamente
ellos llamaron a una declaración de emergencia humanitaria, la aprobación de la
Ley 82 la cual reduce las sentencias en un 20%, 8 horas de visitas familiares,
soluciones “reales, definitivas e inmediatas” a la crisis de salud de la
prisión; y no más extradiciones . Un acuerdo entre
Colombia-Estados Unidos proporciona la extradición de 15 a 20 colombianos
mensualmente a cambio de un subsidio de Estados Unidos. La mayoría enfrentan
cargos por narcotráfico .
Los
guardias en la Prisión de Cómbita empeñados en la intimidación, pusieron a los
prisioneros políticos en aislamiento. La Prisión de la Tramacúa en Valledupar
fue citada como “el centro número uno de tortura y violación a los derechos humanos ”. La Tramacúa, algunos dicen, es el
“Guantánamo de Colombia”.
El
Movimiento Nacional Carcelario organizó huelgas de hambre en múltiples prisiones
en abril de 2013. El Movimiento Nacional Carcelario entonces hizo un llamado a
la prevención y la educación a cambio del encarcelamiento, sentencias reducidas
o alternativas y un reconocimiento de estatuto especial para los/as prisioneros políticos.
Crisis
Humanitaria
Recientemente
el periódico El Tiempo de Bogotá, publicó un informe, con fotos, documentando
el escándalo de la prisión en Colombia. Uno se entera que, a
partir de Junio, 2014, las 138 prisiones de Colombia, originalmente construidas
para acomodar a 76.553 prisioneros, estuvieron albergando a 117.018 prisioneros
– o 40.465 sobre el límite. La prisión de mediana seguridad en Riohacha, en el
nordeste de Colombia, tiene 538 prisioneros ocupando el espacio para 100 prisioneros .
De
acuerdo al informe, 34.5 por ciento de los prisioneros, algunos encarcelados
por seis años, aún no han sido condenados o sentenciados. Los prisioneros con
enfermedades mentales son parte de la población general de la prisión, 108
niños viven con sus madres en prisión, y el empleo está disponible para
únicamente 1.441 prisioneros. Las actividades de resocialización y educativas
son imposibles ya que 117.018 prisioneros deben compartir las 544 áreas comunes
de la prisión.
Las
expresiones de solidaridad de las FARC con las protestas se sumaron a la
preocupación pública. En una declaración del 28 de octubre, la delegación de
paz de las FARC, “levanta [ron] su voz en solidaridad con los presos y los
prisioneros políticos que han participado en una huelga de hambre y
desobediencia pacífica”. Las FARC dieron un respaldo a las demandas del
Movimiento Nacional Carcelario y mencionaron a cinco prisioneros quienes
murieron sin una adecuada atención médica.
La
declaración condenó la “muerte y destrucción” siguiendo a un reciente incendio
en la prisión de Barranquilla y denunció la violenta represión a los
manifestantes en la prisión de Cómbita. Las FARC instaron “ solución[es para]
los problemas estructurales y la profunda crisis del sistema nacional
carcelario decadente y descompuesto convertido [ahora] en un escenario de
tortura, crímenes y flagrantes violaciones de los Derechos Humanos.”
El
equipo de negociadores de las FARC proporciona informes en sus “propuestas
mínimas” sobre varios puntos de la agenda, más recientemente aquel de las
víctimas. Ese informe, enfocándose más en los prisioneros políticos que en la
población general de la prisión, identificó víctimas y asignó responsabilidades.
Las FARC consideran como prisioneros políticos tanto a los insurgentes
capturados, como a los disidentes no combatientes encarcelados.
Los
derechos humanos de los prisioneros políticos están siendo
violados, reclamaron las FARC, y ellos son “víctimas del conflicto”. Los
negociadores de las FARC buscan el establecimiento de una “comisión especial de
estudio con respecto a la situación de los prisioneros políticos”. La comisión
“deberá identificar las víctimas del sistema estatal de administración de
justicia que por razones políticas hayan sido objeto de montajes judiciales.”
Víctimas
del conflicto de clase
Al
nombrar a los prisioneros como víctimas del conflicto armado, junto con las
otras, los negociadores hicieron resaltar la tendencia de sucesivos gobiernos
colombianos para englobar a los grupos de resistencia armada, disidentes
pacíficos, insurgentes armados y prisioneros de conciencia no violentos juntos
como enemigos del Estado. El cisma dentro de la sociedad colombiana es
evidente.
Los
gobiernos colombianos durante mucho tiempo le han servido ante todo a los
grandes terratenientes, pero también a las élites empresariales y financieras.
Los gobernantes han procurado proteger su uso y control de la tierra. Aquellos
que reclaman hablar y actuar en nombre de la mayoría de la población colombiana
están en el otro lado. Así, el contexto dentro del cual el destino de los
prisioneros está conformado es uno del conflicto entre clases sociales.
Hay
esas otras víctimas: cientos de trabajadores del banano en huelga asesinados en
Ciénaga en 1928, miles de pequeños campesinos hambrientos asesinados antes del
crimen de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, 200.000 campesinos rebeldes asesinados
durante los siguientes 10 años, y decenas de miles de disidentes políticos,
reales e imaginados, asesinados después de 1964 cuando las FARC entraron en
existencia. Los insurgentes de las FARC originalmente fueron pequeños
agricultores defendiendo su derecho a la tierra. Millones de colombianos
desplazados de la tierra son víctimas también.
En
un conjunto de sus “Propuestas Mínimas”, los negociadores de paz de las FARC
identificaron a las partes responsables por la producción de víctimas. Que
el gobierno de los Estados Unidos sea una de ellas además confirma la
naturaleza clasista de la victimización de los prisioneros. La hostilidad de
ese gobierno a las movilizaciones de la gente pobre o trabajadora es bien
conocida.
El
equipo negociador de las FARC reconoce “la responsabilidad central de los
Estados Unidos en el origen, persistencia, y dinámica de expansión,
escalamiento, e intensificación del conflicto en diferentes fases y facetas. El
resultado ha sido generar procesos de sistemática victimización”.
El
testimonio en video de un prisionero
En
semanas recientes, delegaciones de víctimas colombianas viajaron a la Habana
para testimoniar ante los negociadores de paz. La cuarta de tales delegaciones
consistente de 11 ex prisioneros se hizo del 3 al 5 de noviembre. Ninguno era
prisionero político, aunque una silla vacía en su audiencia habría sido ocupada
por el prisionero guerrillero de las FARC Tulio Murillo. Las autoridades
colombianas le negaron el permiso para viajar y testimoniar.
La
reproducción de un video del testimonio de Murillo llegó a ser un dramático
punto culminante. Como lo reportaron en pacocol.org, Murillo dio voz a los prisioneros
demandando que la crisis humanitaria en las prisiones colombianas sea superada.
Ellos están en prisión, él culpó, por las vagas acusaciones de “rebelión” o
“terrorismo” y porque los procesos penales producen “falsos positivos
judiciales”. Según Murillo, “Que el presidente Juan Manuel Santos haya accedido
a un diálogo sin cese de hostilidades bilateral no quiere decir que en las
cárceles continúe la violación de los derechos humanos. Es inconcebible”.
El
ejército colombiano capturó a Tulio Murillo durante operaciones de combate. La
tortura en prisión le produjo heridas que llevaron a que su pierna fuera amputada . El vídeo de rendición de su
testimonio, grabado en la prisión de Cúcuta en medio de una multitud de
prisioneros, muestra imágenes de la vida en prisión.
El
académico Francisco Javier Tolosa , él mismo un ex prisionero, señala que : “En medio de la aguda crisis carcelaria y judicial que vive el país,
“[nosotros] existimos en Colombia cerca de 11 mil procesados políticos que
requerimos nuestro reconocimiento como tal, y como víctimas de este conflicto social
armado, que debemos tener viva voz en la construcción de una paz estable,
duradera y democrática”. (1)
Los
prisioneros víctimas de la lucha de clases recientemente consiguieron un
estímulo internacionalista de una carta enviada por el poeta Marcos Ana de
España. Un firme antifascista, Ana pasó 23 años en las prisiones de la
dictadura de Franco y fue dos veces condenado a muerte.
Ana
escribió: “La solidaridad no tiene fronteras ni distancias y todos conocemos
vuestra existencia y estamos orgullosos de vuestra lucha y vuestros
sacrificios. (…) Os arrancaremos de las sombras, os devolveremos la luz del día
y la libertad que os arrebataron. Que hay cien pueblos os llaman y os buscan
con sus lámparas rojas avanzando desde las cinco partes de la tierra!” .
David
Rabelo, un líder del Partido Comunista Colombiano, está cumpliendo una condena
de 18 años de cárcel. Ana le envió un libro de sus poemas. En su interior
Rabelo encontró un mensaje inscrito: “Nos hirieron, nos golpearon y hasta nos
dieron muerte, pero jamás nos doblaron”. (2)
Notas:
1.
La cita es del libro de Tolosa titulado “Colombia en el Camino de la Libertad
y la Paz”, Capítulo dos.
2.
De la “autobiográfica” en el folleto “Poemas desde la Cárcel” por David Ravelo.
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Fuente en inglés: http://mrzine.monthlyreview.org/2014/whitney111114.html
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