La subordinación de EMCALI a los intereses privados pasa necesariamente por la influencia que ejercen empresarios y banqueros sobre los gobernantes de turno que dicen defender el interĆ©s general pero que en los hechos se plegan a los sectores económicos y polĆticos dominantes pertenecientes al gran capital.
2014/ Noviembre 19/ VeedurĆa Ciudadana/ Por: Betty JimĆ©nez y Pablo Borrero
El
proceso de marchitamiento de EMCALI deviene de tiempo atrƔs y su
acrecentamiento ha sido mayor con la intervención del gobierno nacional durante
mƔs de trece aƱos, a la cual debe sumarse lo ocurrido en la etapa actual en que
la empresa retornó a manos de la municipalidad.
Al
igual que otras empresas del Estado, EMCALI tambiƩn se encuentra en el ojo del
huracĆ”n de las polĆticas de privatización inspiradas en la concepción
neoliberal que auspicia el deterioro y apropiación del patrimonio público y
reduce su acción polĆtica e institucional a la simple regulación que poco ó
nada ha contribuido a impedir los abusos de los monopolios que hoy manejan los
servicios pĆŗblicos.
Dicho
proceso se ha venido cumpliendo con mayor rigor en la medida en que se ha
concentrado en manos de los monopolios el control y manejo de los servicios
pĆŗblicos en la ciudad de Cali sometiendo a la empresa a competir en desigualdad
de condiciones con grandes consorcios privados, especialmente despuƩs de que se
aprobara la denominada ley de TICs, que le quitó el carÔcter de servicio
pĆŗblico domiciliario a la telefonĆa y le abrió el camino al sector privado para
que de paso pudiera utilizar la infraestructura de las empresas del Estado sin
tener que hacer mayores inversiones de capital para su expansión en el
territorio tal como ha sucedido con la utilización de las redes de fibra óptica
que posee EMCALI al respecto.
La
subordinación de EMCALI a los intereses privados pasa necesariamente por la
influencia que ejercen empresarios y banqueros sobre los gobernantes de turno
que dicen defender el interƩs general pero que en los hechos se plegan a los
sectores económicos y polĆticos dominantes pertenecientes al gran capital, para
quienes el verdadero propósito es obtener el mĆ”ximo de ganancias con el mĆnimo
costo posible con la explotación de los servicios públicos.
Los
gobernantes que ceden con mayor presteza a las presiones del sector privado
tienden en la prĆ”ctica a limitar la autonomĆa e independencia de las empresas
pĆŗblicas y a restringir su actividad operativa tal como viene sucediendo con
EMCALI que ha comenzado a marchitarse en la medida en que sus unidades de
negocios pierden capacidad para competir en el mercado de los servicios
públicos. Esta situación ha sido advertida por los usuarios y por los
trabajadores a quienes no se les suministra los medios de trabajo
indispensables para realizar su labor, en tanto crece la actividad de las
empresas privadas que cada vez se expanden ante la mirada complaciente de los
directivos y administradores de EMCALI.
A
todo lo anterior hay que agregar la transferencia de la actividad comercial y
operativa en favor de un sinnĆŗmero de contratistas privados a quienes no les
interesa la suerte de la empresa y desarrollan su actividad de manera
deficiente e inoportuna, generƔndose con ello un malestar generalizado en la
comunidad de usuarios de los servicios pĆŗblicos.
Por
otra parte, en esta etapa de la existencia de EMCALI se ha venido consolidando
lo que podrĆa calificarse como la unión
personal entre el sector pĆŗblico y el privado en virtud de la cual
integrantes del sector privado pasan al sector público y viceversa, generÔndose
un verdadero contubernio casi siempre en beneficio del sector empresarial
ligado a los grandes negocios de la ciudad y del capital financiero nacional e
internacional.
Ante
la probable escisión del componente de Telecomunicaciones revive la propuesta
de privatizar la empresa por la vĆa de la tercerización en la prestación del
servicio pĆŗblicos de acueducto lo cual significa la entrega a varios operadores
privados del manejo y control del agua, tal como se hizo en la capital de la
república en donde se parceló su distribución por zonas. Mientras tanto, los
estudios y proyectos para la generación de energĆa de que tanto se habla se
encuentran archivados o paralizados en los anaqueles de los tecnócratas de
EMCALI obligada a tener que comprar energĆa costosa en la bolsa para atender a
los usuarios del rƩgimen regulado a quienes les incrementaron el costo del
servicio de energĆa so pretexto del cambio climĆ”tico que finalmente no se
produjo con el frustrado advenimiento del fenómeno del niño, circunstancia ésta
que no le impidió a la administración para sostener el precio del consumo del
kw hora a los usuarios del sistema no regulado del cual hacen parte grandes
industriales y comerciantes.
Entretanto
fluyen en el limbo jurĆdico y tecnológico de EMCALI toda clase de argumentos
dirigidos a justificar su privatización y la escisión de Telecomunicaciones que
de manera organizada y planificada viene haciendo carrera con la complacencia
de las viejas y nuevas bancadas mayoritarias del Concejo Municipal que en el
pasado aprobaron la privatización del alumbrado público y de la recolección de
basuras y del transporte pĆŗblico, etc.
Ante
este despropósito que conlleva al despojo del patrimonio público de EMCALI los
caleƱos y vallecaucanos tienen el deber moral y polĆtico de apersonarse del
asunto teniendo en cuenta que los costos de la privatización se reflejarÔn mÔs
temprano que tarde en la factura de los servicios pĆŗblicos, segĆŗn lo indica la
experiencia vivida con los costos que hoy tienen que pagar los usuarios con la
privatización del alumbrado público que anteriormente era cubierto por EMCALI,
el alto costo de la recolección de basuras en manos privadas, y el valor del
cargo fijo aplicable a los servicios pĆŗblicos domiciliarios con lo cual se
aumenta considerablemente el valor de la factura que se debe pagar mensualmente.
Desde
luego que no basta con indignarse y esperar a que EMCALI sea privatizada y el
componente de Telecomunicaciones escindido. La Constitución PolĆtica garantiza la participación ciudadana en
los asuntos que afectan directa ó indirectamente a los ciudadanos en materia
económica, polĆtica, social, administrativa, cultural, ambiental, etc., lo que
implica que los ciudadanos pueden acudir al mecanismo de la CONSULTA POPULAR que en todo caso podrĆ”
adelantarse con ó sin la aprobación de
las autoridades municipales en desarrollo del derecho fundamental del
pueblo de ejercer su soberanĆa,
valiéndose para ello de los mecanismos de participación democrÔtica
establecidos en la norma fundamental y leyes de la repĆŗblica, como la mejor
manera de defender el patrimonio público de EMCALI en interés de todos los
usuarios de los servicios pĆŗblicos en la ciudad de Cali.
VeedurĆa
Ciudadana por la Democracia y la Convivencia Social
Cali, Noviembre 14 de 2014
*Foto: Diario ADN
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