Nuestro llamado es a la construcción y a la unidad de todos los esfuerzos de todas organizaciones y procesos juveniles para derrotar el militarismo, la guerra y la desigualdad a la que ha sido sometido el pueblo colombiano y en especial la juventud.
Desde
el Mango corregimiento de Argelia, Cauca, escenario de la II Brigada
Internacional Juvenil Humanitaria por la Paz de Colombia, realizada del 15 al
17 de agosto del año 2015, uno de los
lugares donde el conflicto armado ha alcanzado
los niveles más agudos entre la insurgencia de las FARC-EP y el gobierno
nacional, previo al actual cese unilateral que ha renovado la esperanza en el
fin de la confrontación armada, las y los jóvenes le hacemos un llamado al
país.
Hace
pocos años, la barrera entre el campo y la ciudad fue disminuida alrededor de
la solidaridad que despertó el paro agrario. “Que vivan los campesinos y que
los dejen vivir, que el campo sin campesinos existe sin existir”, clamaba la
sociedad colombiana. Fue un llamado de atención para todos y todas.
La
agudización del problema agrario no solo ha venido por cuenta de la política
económica, sino que también, ésta ha
sido posible a través del genocidio hacia aquellos que habitan el campo.
La
montaña tiene mucho para contarnos. Con sus paisajes y estepas viene también la
historia del país con la carga fantasmal del habla de sus muertos. Cientos de
campesinos, indígenas, afrodescendientes, todos colombianos y colombianas, sin
importar el color de su camisa, el color de su piel, o la insignia de su
ejército. Nuestro territorio ha estado demasiado amasado con sangre. De ahí que
la paz no solo sea una bandera, sino una necesidad para volver a darle nombre a
la esperanza. La paz es el proyecto ético y político de la Colombia profunda,
porque exige detener para siempre el genocidio, revitalizar el campo, y
repintarlo de vida campesina.
No
es cierto, sin embargo, que el territorio de la guerra sean exclusivamente
nuestros campos. Es evidente que las ciudades son el contenedor obligado y
silencioso de la guerra, que con indiferencia e ignominia, ha configurado los
centros urbanos con la tragedia de la desigualdad, la exclusión y la violencia
cotidiana.
Debemos
romper la indiferencia hacia los diálogos de paz que están construyendo el
destino del país. Hay quienes claman porque siga la guerra, porque ven en la
venganza el sinónimo de la justicia. Quieren que la guerra se acabe con
pacificación y más muerte de la que ya está sufriendo el país. Su estrategia ha
sido sembrar miedo para cosechar castigo y desesperanza. En esas llevamos mucho
más de 50 años de violencia política. No basta con reducir la intensidad de la
guerra con el eufemismo del desescalamiento, se trata de acabarla, ponerle fin
a bombardeos, ataques, desembarcos, empadronamientos y todo tipo de vejación
que trae consigo la política de sangre y fuego del establecimiento. Exigimos
del gobierno nacional y del presidente Santos hechos reales de paz por medio de
la apertura de un diálogo público nacional: el cese bilateral es ahora.
Quienes
queremos la paz estamos convencidos que la sociedad colombiana debe ser
incluida. Las y los colombianos hemos sido parte de la guerra, y la única
posibilidad de edificar ahora la paz, es que también seamos decididamente parte
de ella. La guerra es a lo que estamos acostumbrados, lo que hemos vivido
durante toda la vida, es la escuela y la idea que nos ha educado.. ¡No! el
destino de Colombia no puede ser la guerra. Por eso es tan importante que los
primeros en entender que tenemos la posibilidad de transformar nuestro
destino sembrando la paz como proyecto
de la sociedad colombiana, seamos las y los jóvenes de Colombia.
Desde
El Mango, lugar donde viven jóvenes como nosotros que han sido víctimas
permanentes de la violencia, la exclusión y el despojo, llamamos a la juventud
a que asumamos la responsabilidad de ser la generación que construya la paz.
Porque somos la generación convocada a parar la guerra y posibilitar que aflore
la justicia social, la democracia, el diálogo, el entendimiento, la diversidad,
y la alegría en territorios donde se ha impuesto la muerte.
Proponemos
una ruta nacional hacia la reconciliación liderada por las y los jóvenes del
país, con gestos de paz de las partes en conflicto que pasan por la verdad,
pero también por hechos y compromisos concretos de desescalamiento de la guerra
hacia la firma de un acuerdo final. El cese bilateral de hostilidades es un
hecho imprescindible en esa vía: no hay nada más mezquino que auspiciar la
guerra en momentos donde hay que parir la paz. Un armisticio general debe ser
la principal consecuencia de este proceso.
Esta
ruta nacional hacia la reconciliación exige la construcción de un gran
movimiento juvenil por la paz y la Asamblea Nacional Constituyente, conformado
desde todos los rincones del país, en el que confluyan las formas de pensar,
ver el mundo, pertenecientes a los más diversos sectores de la sociedad, que
estén convencidos como nosotros que hay que parar la guerra, y para ello hay
que desatar la reconciliación como apuesta constituyente de la juventud. Por
ello, llamamos a todos los sectores políticos, sociales, académicos,
económicos, a que construyamos la convergencia juvenil por la paz, somos “la
generación de la paz”, la que reafirma su postura y compromiso total por la
reconciliación.
Asumimos
el compromiso de avanzar en la convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente: Gobierno, insurgencia y la sociedad colombiana son la esencia
fundamental de un nuevo pacto de país que queremos construir para la paz con
justicia social.
La
II Brigada Internacional de Jóvenes por la Paz de Colombia, agradece a los
jóvenes del mundo la solidaridad con la lucha por la paz con justicia social en
Colombia. Anhelamos que nuestro país, logre conquistar la dignidad y la obra
universal de la libertad y por tal razón las y los invitamos a seguir uniendo
nuestros lazos de solidaridad que permitan aumentar el respaldo, acompañamiento
y movilización al proceso de paz en la
Habana, como también al inicio de diálogos con la insurgencia del ELN y al
proceso constituyente de nuestro país. Vencer la guerra es un imperativo
universal de nuestras jóvenes generaciones.
Invitamos
a las y los jóvenes de toda Colombia a:
1.
Construir un gran pacto juvenil por la paz y la reconciliación que firmen los
diferentes sectores juveniles, delegaciones negociadoras del Gobierno y las
insurgencias y la sociedad en su conjunto, donde nos comprometamos con avanzar
en la solución política al conflicto.
2.
Desarrollar una campaña permanente nacional e internacional por el cese al
fuego bilateral y contra el militarismo, que garantice la tranquilidad, la vida
y la alegría en los territorios históricamente afectados por la cruenta confrontación
armada.
3.
Levantar las banderas por la defensa del pensamiento crítico, en contra de la
criminalización y judicialización de la protesta social y por la libertad de
las y los prisioneros políticos. ¡Por Hubert, David, los compañeros del Congreso
de los pueblos y Marcha Patriótica: Gritamos Libertad!
4.
Impulsar la movilización juvenil diversa y creativa por la paz, los derechos
juveniles y la Asamblea Nacional Constituyente desde todos los rincones de
nuestra patria.
5.
Acompañar, visibilizar y potenciar las luchas por la dignidad, la vida y el
territorio de la comunidad de Argelia.
Nuestro
llamado es a la construcción y a la unidad de todos los esfuerzos de todas
organizaciones y procesos juveniles para derrotar el militarismo, la guerra y
la desigualdad a la que ha sido sometido el pueblo colombiano y en especial la
juventud. Es la hora para derrotar el servicio militar obligatorio, las
batidas, toques de queda y la estigmatización y persecución contra las y los
jóvenes. Somos la generación de la paz, no renunciamos a construir un presente
de dignidad para nuestra juventud, basada en la justicia social y en la plena
garantía de derechos para que las jóvenes generaciones puedan vivir plenamente
el goce de la libertad y de la paz.
Ni
un joven más para la guerra. La paz en una construcción de todos y todas.
Viva la paz con
justicia social
Viva la unidad
del movimiento juvenil por la paz
Vencer la
Guerra. Juventud unida, luchando por una Colombia en Paz.
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