Se ha producido el cierre fronterizo con Colombia y el decreto de estado de excepción en tres municipios del estado Zulia. Esta medida, amplifica los efectos de golpe contra la paraeconomía institucionalizada y practicada en el eje fronterizo colombo-venezolano.
2015/ Septiembre 10/ Internacional/
Por: Franco Vielma
El cierre en el Zulia tiene un conjunto de coordenadas políticas, económicas,
étnicas, socioculturales y geográficas, bastante particulares, si comparamos
esta experiencia con lo que concierne al estado Táchira. Sobre esas variables,
la medida de protección fronteriza que ha ordenado el Presidente Maduro, yacen
también las claves de las estrategias que ahora se abren paso en el Zulia.
El
cierre por Paraguachón vía Maicao en Colombia, recrudece la visibilidad de
Colombia como país claramente estructurado sobre el capitalismo que ha relegado
al oriente colombiano al ostracismo económico, la marginalidad y la dependencia
de Venezuela por medio de actividades lícitas e ilícitas. Colombia reprodujo
dentro de su territorio un conjunto de relaciones centro-periferia que en el
caso de todo el área de influencia de la Guajira se ha expresado en la
marginalización sostenida y profunda del pueblo Wayúu.
La
particularidad Wayúu
El
pueblo originario Wayúu, quienes milenariamente han ocupado Colombia y Venezuela,
no conocían de líneas fronterizas hasta la consolidación de nuestros
Estados-nación. Como herederos originarios de ese territorio, han desglosado un
conjunto de relaciones socioculturales particulares que han sido reconocidas en
la Revolución Bolivariana y que han devenido en el reconocimiento de la
nacionalidad indígena, que no es exclusivamente venezolana ni colombiana, sino
Wayúu.
Basados
en el principio del libre tránsito de personas, las familias y clanes, médulas
fundamentales del sistema de organización Wayuu, se han diseminado con mayores
garantías en un lado fronterizo y el otro. El comercio, y también el
contrabando, se han incorporado como realidad para el desenvolvimiento de la
vida socioeconómica en esa parte de Venezuela y Colombia.
Relegados
al abandono, a la exclusión estructural y a una pobreza acentuada por
condiciones del medio natural y la disponibilidad de recursos, los guajiros han
sido históricamente violentados por el sistema capitalista que, luego de
condenarlos a la pobreza, ha asumido su esclavización, expresada ésta ahora en
variantes de nuevo tipo como el comercio ilícito. Sólo una parte indeterminada,
pero minoritaria, de la población Wayúu ha cedido a esta esclavización de nuevo
tipo. Las condiciones estructurales de la Guajira se han atenuado mucho del
lado venezolano a partir de la rigurosa política bolivariana de atención al
pueblo indígena, pero eso no ha inhibido la esclavización del lado colombiano,
quienes también tienen la libertad de ir de un lado al otro por su origen
étnico.
Sobre
el pueblo Wayúu ha caído el estigma, intentándose con esto sancionar moralmente
de manera no diferenciada a un pueblo que en su mayoría es honesto y
trabajador, ocultando además el hecho de que los actores reales de los flagelos
económicos fronterizos no son Wayúu, son "alijunas" (cuya
interpretación actual es forastero, blanco, no Wayúu). Es decir, factores
poderosos de la paraeconomía cambista, contrabandista y paraca, que operan
libremente en Colombia y que ahora asedian la economía venezolana extendiendo
sus tentáculos hasta nuestro territorio con colaboración de factores
paraempresariales, distribuidores y mayoristas en el occidente venezolano.
Hablamos de factores de poder, personas y grupos apegados al poder económico y
político de Colombia, y factores de poder en la economía venezolana.
La
paraeconomía ha esclavizado a personas Wayúu y mestizos de un lado y del otro
de la frontera por el Zulia. Se han valido del libre tránsito Wayuu para tales
fines, pero también les han favorecido las condiciones del territorio
fronterizo del norte del Zulia, pues este estado no tiene las condiciones
dramáticas de la geografía que sí existen desde la Sierra de Perijá y por la
cordillera andina. El terreno llano, desértico y extenso les ha servido para
trasladar con facilidad ingentes cantidades de combustibles y productos de la
cesta básica venezolana, en una red logística que se proyecta con fuerza desde
el oeste de Maracaibo hasta bordes fronterizos naturales fluviales como el Río
Limón.
La esclavización de gente Wayúu y mestizos se encuentra institucionalizado y legalmente refrendado en Colombia
La
cuestión detrás de este esclavismo, es que éste se encuentra institucionalizado
y legalmente refrendado en Colombia. Por ejemplo, existe el Decreto 1980 de
2003 por el cual se reglamenta la distribución de combustibles en las Zonas de
Frontera del Departamento de La Guajira y se otorga a la etnia Wayuu la
autorización para “importar” combustibles desde Venezuela en sus artículos 1ero
y 2do. Esta es una ley que sigue en vigor, pese a que en estos momentos y desde
hace años Venezuela no exporta gasolina a Colombia.
Esta
ley plantea el relacionamiento de Ecopetrol con cooperativas Wayúu
"importadoras" de combustible, que se registren como "terceros"
o "minoristas" ante el Ministerio de Minas y Energía de Colombia. En
sus consideraciones iniciales les reconocen como "Introductores de
combustible de la frontera colombo-venezolana" por medio de cooperativas
(Ecui, Wayucoop y Coovencoma) declarando, a su vez, que el contrabando es una
realidad que ellos llaman "nuevas condiciones de vida y trabajo" en la referida Ley. En otras palabras, reconocen la miseria estructural de los Wayúu y los
esclavizan, tanto al servicio de mafias contrabandistas que han tomado el
liderazgo de familias Wayúu para manejar la gasolina, y a su vez
tercerizándolos para EcoPetrol.
El cierre
fronterizo por el Zulia
Este
cierre es bastante diferenciado al de Táchira. En la Guajira venezolana, aunque
muchos podrían beneficiarse de la actividad del contrabando, el beneficio real
para quienes allí habitan es minúsculo, es irrisorio, si entendemos que los
beneficios del contrabando son inmensos y son captados por élites
paraeconómicas en Colombia y en Venezuela. Pero no por ser minúsculos, dejan de
ser importantes para una población que muy poco tiene. Dicho de otra manera,
hablamos de que el contrabando es una actividad sensible allí, ha creado unos
vínculos de dependencia entre el pueblo estructuralmente relegado que vive
allí.
El
diario zuliano La Verdad, reseñando a su vez un trabajo especial que realizara El Impulso, se pronunció por la probable "explosión" de
la frontera si se cerraba el paso de "La Raya", reseñando además una
supuesta frase de los caciques guajiros, quienes en la misma nota no aparecen,
no figuran, no declaran. En todo caso, esta zona es considerada como altamente
sensible en condiciones de cierre, asumiendo que los flagelos económicos se han
consolidado de manera tal, que vitalizan las actividades de la vida en muchos
ámbitos en esa zona. Implican el flujo de dinero, pese a que el mismo
contrabando destruye el flujo de mercancías del lado venezolano.
Sopesando
esas cualidades estructurales y esas contradicciones de la economía malsana, el
gobernador Arias Cárdenas viene desarrollando la acumulación de conocimiento,
como medio instrumental para el abordaje de la zona, y han creado el Instituto
de Estudios Fronterizos, dependencia de la Gobernación del Zulia. Sus
resultados dan cuenta del impacto concreto que tendría el cierre fronterizo, de
ahí que lo inmediato al cierre ha sido el abordaje social en la zona.
El
vicepresidente Jorge Arreaza anunciaba a sólo horas del cierre el desarrollo de
un plan especial del Gobierno para la zona, entiéndase: rehabilitación de
escuelas, nuevas viviendas, fortalecimiento de la cobertura educativa de
calidad, canaimitas y becas escolares, mejoras de la vialidad, nuevas unidades
de transporte Yutong, mejoras y ampliaciones en las estrategias de
abastecimiento comunitario directo, entre otras que yacen en la asignación de
créditos y financiamientos especiales para el desarrollo de actividades
económicas alternativas.
Este
cierre y estas medidas sociales se realizan en simultáneo a una grave sequía y
crisis humanitaria en la Guajira del lado colombiano. En 2014 un informe de la Defensoría del Pueblo de Colombia apuntó: "La constante
del departamento de La Guajira es el sufrimiento: de las madres que han perdido
a sus hijos e hijas; de los niños y niñas que caminan bajo el ardiente sol en
busca de agua; y del pueblo Wayúu acorralado por el hambre, la violencia y la
corrupción". De hecho, durante este año la situación ha sido declarada de
"calamidad pública" por el mismo gobierno de Santos, y aunque en
Colombia declaran que tal calamidad se debe a los efectos de "El
Niño", cierto es también que la construcción de la represa "El
Cercado" ha secado el Río Ranchería, uno de los pocos que atraviesa el
desértico Departamento de La Guajira en Colombia.
Pese al cierre fronterizo y dada la situación de genocidio Wayúu en Colombia, muchos pasarán al lado venezolano
En
otras palabras, se ha declarado el libre tránsito Wayúu en la zona, pese al
cierre fronterizo y dadas estas situaciones de genocidio en Colombia,
seguramente muchas familias Wayúu pasarán al lado venezolano. Indudablemente
así será si el Gobierno Bolivariano asume estrategias especiales de atención en
nuestra Guajira. Así debe hacerse, ese es su territorio ancestral.
Efectos
esperados
El
cierre fronterizo, la rigurosa ocupación de las trochas, la aplicación del
estado de excepción para desmontar nidos criminales y contrabandistas, podrá
significar la reducción sustancial del contrabando de combustibles, que según
el presidente de Pdvsa, Eulogio del Pino, en febrero de este año según declarara al diario Panorama,
podría aproximarse a los 100 mil barriles/día, agregando que el 60% del
contrabando tiene lugar desde el Zulia.
Aunque
la medida excepcional abarca municipios fronterizos como Bolivariano Guajira,
Mara e Insular Almirante Padilla, el contrabando tiene una plataforma
gigantesca instalada en Maracaibo y San Francisco, en almacenes, caletas,
puntos mayoristas y distribuidores, que han sido el puerto de embarque medular
a la actividad del contrabando de productos de la cesta básica venezolana.
Dicho de otra manera, el efecto sobre el abastecimiento se hará sentir, aunado
al hecho de bloqueo de bachaqueros de los sistemas de compras en abastos.
Las
colas de gasolina en Maracaibo comenzaron a ceder desde este miércoles 9 de
septiembre. Ya en Mara y otros puntos rumbo a Paraguachón se acabaron las colas
por gasolina.
En
semanas, se apreciarán los efectos reales del cierre fronterizo en el Zulia. De
su consistencia y prolongación dependerán los mismos.
Fuente: Misión Verdad
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