Mi detención es parte de una política de represión y criminalización de la protesta social en Colombia que
se ha aplicado durante muchos, muchos años.
2016/ Enero 25/ Prisioneros Políticos/ Por: Huber Ballesteros
El siguiente mensaje es la respuesta a una serie de preguntas planteadas a Hubert Ballesteros por James Jordan de la Alianza para la Justicia Global. Ballesteros fue arrestado durante la negociación del Paro Nacional Agrario de 2013 y acusado de rebelión. Él también estaba sirviendo en el comite ejecutivo de
FENSUAGRO, la mayor federación del país de trabajadores agrícolas
sindicalizados y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la mayor federación
sindical general de Colombia.
Camarada
James, es un placer saludar a través de ustedes, los colectivos de solidaridad,
movimiento obrero y los trabajadores de los Estados Unidos y todo el pueblo de
América del Norte. Entendemos y conocemos la diferencia que existe entre la
posición y la opinión de la gente de América del Norte y las posiciones
reprochables y actividades de su gobierno no sólo en el interior de los Estados
Unidos, sino a nivel mundial. Por lo tanto, los presos políticos ofrecemos un
abrazo fraterno a todos los trabajadores y todo el pueblo de América del Norte.
Es
un placer para mí responder a estas preguntas que el camarada James Jordan me
envió, que hago en mi condición de preso político, miembro del Comite Ejecutivo
de la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT), la Federación Nacional
Unitaria de Trabajo de Agrícola Trabajadores (FENSUAGRO) y la Marcha Patriótica
(Marcha Patriótica) movimiento político.
Permítanme
analizar el tema de los acuerdos de paz y las posibilidades en el marco del
acuerdo sobre el punto de víctimas. Eso también se ocupa del tema de la
Justicia de Transición para la paz. Debo decir que efectivamente el acuerdo
sobre el punto de la justicia transicional firmado recientemente entre el
gobierno colombiano y los insurgentes de las FARC-EP (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo), contempla la posibilidad de
que [los presos políticos] tendrá la oportunidad para acceder a beneficios
tales como el perdón para aquellos que pueden estar en este momento condenado y
el de la amnistía y el cese de los procedimientos para aquellos cuyos casos
están pendientes. [Esto sucedería] una vez que se firmen los acuerdos y poner
en práctica los tribunales que se aplicarán la justicia especial acordado entre
las partes. En Colombia hay alrededor de 10.000 presos políticos dividido entre
los presos de conciencia y prisioneros de guerra.
La
segunda de las preguntas de James era si fui arrestado durante las actividades
de una huelga. Básicamente me encontraron en Bogotá oficiando como parte de la
Comisión Nacional de Negociación 2013 de la Huelga Agraria cuando me
detuvieron. Me acusó de los delitos de rebelión y de la recaudación de fondos
para el terrorismo. Los cargos fueron establecidos como parte de un montaje
judicial por personajes pagados por el Ministerio Público y la Policía Nacional
con el fin de poner freno a lo que en ese momento se estaba desarrollando en
una de las huelgas de agricultores más importantes en los últimos 30 años. A
partir de ese momento me encontraba confinado en la cárcel de La Picota en una
detención que en todas luces es ilegal. Todas las condiciones establecidas del
debido proceso y la presunción necesaria y obligatoria de inocencia que lo
establecido por la ley, la Constitución Nacional y la legislación internacional
de derechos humanos han sido violados dentro de este proceso.
Mi
detención, entonces, es parte de una política de represión y criminalización de
la protesta social en Colombia que se ha aplicado durante muchos, muchos años.
Se ha llevado a muchas personas a las cárceles del país, muchos pusieron en
libertad después de haber pasado dos, tres o cuatro años o más en la cárcel.
Esperamos que la firma de los acuerdos de paz podría cambiar la concepción
impuesta por el Pentágono estadounidense. Con esto queremos decir que el
enemigo interno y lo que se llama la Doctrina de Seguridad Nacional, a través
del cual la Policía, el Ejército, el DAS (servicio de inteligencia colombiano),
los jueces y abogados son educados y adoctrinados en el Comando Sur de los
Estados Unidos y en la Escuela de las Américas. Será necesario que mantengamos
el desarrollo de la lucha social y popular, ya que la firma del acuerdo de paz
es apenas el comienzo de la construcción de una paz real y duradera con
justicia social. Vamos a seguir haciendo esto, nos mantendremos exigiendo
nuestros derechos como trabajadores y como la población colombiana a través de
los mecanismos que permiten a nuestra estructura de trabajo de la organización,
tales como el paro, la huelga y la movilización.
Otra
de las preguntas es, ¿es posible después de los acuerdos de paz, para los
sectores de izquierda democrática y ser capaz de llegar a la unidad? Desde que
entramos en este trabajo con mucha experiencia, hemos tenido diferentes
propuestas. En este momento particular venimos trabajando para fortalecer lo
que hemos denominado el Frente Amplio para la Paz, la Justicia Social y la
Democracia. En este sentido, hemos dado pasos muy importantes dado que el
Frente ha convertido en garante y promotor de los Diálogos de Paz. Además de
esto, a través de la petición de las FARC-EP que servimos como observadores del
alto el fuego unilateral que en varias ocasiones ha sido decretada por la
insurgencia y que por su parte se mantiene en vigor. Aspiramos a convertir ese
Frente Amplio para la Paz en el escenario de la lucha política y la unidad
hacia la disputa por el poder con la burguesía colombiana. Eso no es fácil!
Obviamente existen diferencias de personajes políticos e ideológicos. Esto es
natural en la izquierda colombiana y con los sectores populares que se
organizan en sindicatos, el movimiento indígena, el movimiento
afrodescendiente, y otros sectores sociales. Pero venimos trabajando
diligentemente para que el Frente Amplio podría ser el lugar de encuentro para
todos aquellos que cuestionan la dirección de este país y que podemos ser una
fuerza que puede disputar por el poder con el bloque hegemónico de la
oligarquía que ha hecho uso de los beneficios de la energía en nuestro país de
alrededor de 200 años.
En
cuanto al tema de la UP, yo soy uno de los sobrevivientes del genocidio contra
la Unión Patriótica (Unión Patriótica). Entré siendo muy joven. He ocupado
cargos de elección popular, en el momento elegido como representante de la
Unión Patriótica. Consideramos que efectivamente la situación de un genocidio
podría volver, volver a repetirse después de la firma de los acuerdos. Debemos
tener en cuenta lo que en este momento actual puede evitar que esto suceda de
nuevo.
El
número uno es que, en todo caso, el mundo ha cambiado mucho en los últimos 25
años y el tema de los Derechos Humanos ha llegado a ser muy importante. Existen
muchas organizaciones y colectivos tanto a nivel nacional así como a nivel
internacional que son vigilantes que lo que se especifica en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de cumplirse. Es decir que ningún Estado,
ningún gobierno, ni la estructura de este gobierno como las fuerzas militares
en este tiempo tienen la impunidad cuando se enfrentan a los graves crímenes
contra la humanidad perpetrados por ellos en la represión de la oposición
política. Esto nos anima a creer que a pesar de que tienen la intención; no va
a ser tan fácil. Obviamente, también, nuestra experiencia que hemos adquirido
en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos nos va a ayudar para que un
episodio de esa manera no se puede repetir. Pero vuelvo a decir que sí, nos
sentimos miedo porque el gobierno no quiere discutir en la mesa de diálogo de
la estructura de las Fuerzas Armadas y la Policía, no quiere hablar de la
doctrina de estas fuerzas armadas que da lugar a la formación de los organismos
paraestatales que conocemos como el paramilitarismo en Colombia. Se trata de un
fondo de riesgo, pero la paz que arriesgan y estamos dispuestos a asumir por el
bien de la construcción de una nueva sociedad y un nuevo país para los
colombianos.
Es
cierto lo que James expresa en sus notas de la entrevista, que el gobierno o
los gobiernos de los Estados Unidos, o, es decir, el estado de América del
Norte, es un actor en el conflicto colombiano, y un actor de primer orden, la
patrocinador principal y, por qué no decirlo, uno de los principales
beneficiarios de la guerra en Colombia. Somos conscientes de que este no es el
sentido de los pueblos de América del Norte, pero obviamente sabemos que es en
el interés de las empresas transnacionales, en los intereses económicos de la
oligarquía norteamericana que ha promovido la violencia en Colombia y no sólo
en Colombia sino en toda América Latina y el mundo.
Esperamos
que el apoyo que el gobierno de los Estados Unidos a demostrado por la paz en
Colombia no se concentra en la ayuda económica, ni en la ayuda tecnológica,
sino en un cambio de actitud y el respeto a la soberanía del Pueblo y sobre
todo en la soberanía del pueblo colombiano a decidir su propio futuro.
Y
como su compañero también indicó en sus notas, la solidaridad internacional
desempeñará un papel sumamente importante en el mantenimiento de la paz y en
garantizar el respeto de los derechos de los colombianos y en particular para
los que forman la oposición en Colombia. El movimiento obrero norteamericano,
los colectivos que se han formado en suelo estadounidense y que el apoyo a la
causa de la paz en Colombia y el mundo tienen la tarea muy importante de
ejercer la vigilancia y la vigilancia no sólo hacia la intervención de su
propio gobierno, pero hacia el gobierno colombiano . Se debe cumplir con todo
lo que se ha acordado para que no se repita el conflicto colombiano, pero
terminará precisamente porque los acuerdos se cumplen. Asimismo, el desarrollo
de las transformaciones económicas, políticas y sociales que son para una paz
justa, duradera con justicia social para el nuevo futuro de los colombianos.
Doy
las gracias a James por la oportunidad de esta entrevista. Doy las gracias a
todos los que han escuchado y extiendo desde la cárcel La Picota un abrazo
fraterno a todos ustedes. Espero que algún día, cuando recupere mi libertad
puede ser capaz de cumplir con todas sus organizaciones sindicales y sus
dirigentes agradecer personalmente a todos por el trabajo de solidaridad que ha
mostrado a favor de la libertad de los presos políticos y el respeto de los
derechos humanos en Colombia.
Muchas
gracias y un abrazo!
Huber
de Jesús Ballesteros Gómez
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