A un día de cumplirse siete meses luego que la guerrilla propusiera los Terrepaz, este jueves, 23 de junio, Gobierno y FARC llegaron a tres importantes acuerdos que establecen la figura del plebiscito, en caso de ser aprobado por la Corte Constitucional, como mecanismo de refrendación de lo acordado.
Mucha
especulación e interpretaciones circularon en medios de comunicación antes de
conocer los acuerdos alcanzados entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de
las FARC sobre dejación de armas, cese bilateral al fuego, garantías de
seguridad para la oposición política y el mecanismo de refrendación
para lo acordado.
Estos
acuerdos comprenden la discusión del ‘Fin del conflicto’ y la ‘Implementación,
verificación y refrendación’, puntos tres y seis del Acuerdo General de los
diálogos de paz que completan tres años y ocho meses desarrollándose en La
Habana, Cuba, y que en uno de ellos (Fin del conflicto) se contempla la
discusión sobre los territorios donde las FARC se ubicarían al dejar las armas,
algo que los medios, equivocada o intencionalmente, persisten en denominar como
“zonas de concentración”.
No
son zonas de concentración
La
discusión fue abordada públicamente por las FARC el 24 de noviembre de 2015,
proponiendo ‘Territorios Especiales para la Paz, Terrepaz’, como lugares donde
realizarían su vida política, económica, social y cultural.
Con
esta propuesta la guerrilla aseguraba su movilización política luego de dejar
las armas, en contrapropuesta a la desmovilización de las FARC que el Estado
colombiano y distintos gobiernos estadounidenses han buscado durante más de
medio siglo a través de la guerra, y con la conformación de grupos
paramilitares para arremeter, principalmente, contra organizaciones sociales y
oposición política.
Que
la guerrilla continuara en los territorios, luego de dejar las armas, fue algo
que puso en jaque los planes del Gobierno que una semana después (1 de
diciembre), en tono grosero y despectivo, respondió que los Terrepaz solo
existían “en el imaginario de las FARC”.
Al
no lograr derrotar a la guerrilla a través de las armas, obligando a su
sometimiento y salida de los territorios, el Estado colombiano trató de
derrotarla en los diálogos de paz. Y persistiendo en su política de presentar
los diálogos como si se tratase de un proceso de rendición de las FARC, a
través del Congreso de la República (febrero 29 de 2016), por fuera de la mesa
de diálogo, modificó la Ley de Orden Público para permitir crear zonas de concentración
que la guerrilla no tardó en calificar como “cárceles a cielo abierto”, debido
a las limitantes a la movilidad política y social que imponían a las FARC.
Los
acuerdos para el Fin del conflicto y Refrendación
A
un día de cumplirse siete meses luego que la guerrilla propusiera los Terrepaz,
este jueves, 23 de junio, Gobierno y FARC llegaron a tres importantes acuerdos
que establecen la figura del plebiscito, en caso de ser aprobado
por la Corte Constitucional, como mecanismo de refrendación de lo
acordado. Además definen la hoja de ruta para la dejación de armas, el cese
al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, la lucha contra las
organizaciones criminales y el paramilitarismo que atentan contra la oposición
política y la construcción de paz, y definen el número de zonas donde estaría
la organización guerrillera al dejar las armas.
Con
estos acuerdos se superan grandes obstáculos que acercan el pueblo colombiano a
la firma del Acuerdo Final para la paz. Llegando a un punto de conciliación
entre los Terrepaz y las zonas de concentración, las partes finalmente
acordaron que habrá "23 Zonas Veredales Transitorias de Normalización"
con población civil, y "8 Campamentos" donde estará prohibido su ingreso. Estos
territorios de paz serán transitorios y temporales con miras a la
reincorporación a la vida civil de la guerrilla que realizará actividades
pedagógicas, políticas y sociales para este fin.
“Las Zonas Veredales Transitorias de Normalización tienen como objetivo garantizar
el Cese al Fuego y Hostilidades Bilateral y Definitivo y la Dejación de las Armas e iniciar el proceso de preparación para la reincorporación de la vida
civil de las estructuras de las FARC-EP en lo económico, lo político y lo
social de acuerdo con sus intereses”, establece el documento.
También
estipulan los acuerdos que, en caso que se requiera, a estas zonas solo podrá
ingresar la Fuerza Pública informando previamente a los mecanismos de monitoreo
establecidos por las partes. Del mismo modo dice que se garantizará “el normal funcionamiento de las autoridades civiles no armadas, en el desenvolvimiento de la actividad económica, política y social de las regiones, en la vida de las comunidades, en el ejercicio de sus derechos; así como en los de las organizaciones comunales, sociales y políticas que tengan presencia en los territorios”.
Concretados estos
acuerdos, es poco lo que resta para la firma de la paz. Sin embargo el fin del
conflicto armado no significa el fin del conflicto social que provocó los
alzamientos armados en el país. Será el pueblo colombiano quien a través de la
organización, la unidad y la sensatez acabe con el conflicto social al lograr
condiciones de vida digna para todos los sectores de la sociedad.
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