“En la maniobra de intoxicación del odio, se
aseguró que se entregaría el país a la guerrilla de las Farc y que éstos
formarían un estado “castrochavista” además se aseveró que los guerrilleros
iban a tener total impunidad, que no repararían a sus víctimas, entre otras
falacias”.
El mundo entero
contempla atónito los resultados que avalaban los acuerdos por parte de la
población colombiana al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y la
guerrilla de las Farc- Ep, con un con un 50,23% a favor del No frente al 49,77%
del Sí, y un alarmante 62,6% de abstención, 21 millones de colombianos ni
siquiera se pronunciaron en las urnas ante este hecho histórico.
Los datos más
relevantes aparte del resultado general, fueron que el Sí ganó de una manera
aplastante en casi todos los territorios que han sufrido con mayor crudeza la
guerra, la urbe decidió finalmente sobre este absurdo conflicto bélico que ha
retrasado al país sudamericano más de medio siglo, la ciudad eligió el No de
una guerra que afecta a nivel socioeconómico a todos los colombianos y
colombianas, pero que no se disputa en la metrópoli.
En medios de
comunicación internacionales como El País de España, se tituló: "Colombia
dice 'NO' al acuerdo de paz con las FARC”; The Guardian en Reino Unido
rotuló y agregó: "Los colombianos han rechazado un acuerdo de paz
para poner fin a 52 años de guerra con guerrilleros de las Farc, lanzando al
país en la confusión acerca de su futuro”; también se pronunció la Agencia EFE:
“Los colombianos dicen no al acuerdo de paz con las FARC”; “Amnistía
Internacional igualmente se manifestó: “El No fue una oportunidad perdida para
acabar con 52 años de guerra”.
“Nos ven como un
país que se acostumbró a la guerra y ya no puede vivir sin ella”. Asegura la ministra
de Relaciones Exteriores María Ángela Holguín.
Este proceso
colombiano de paz es uno de los más completos a lo largo de la historia
reciente en el mundo. Los puntos desarrollados son los más consecuentes para la
resolución pacífica de un conflicto armado que se prolongó por tantos años,
dejando segadas miles de vidas humanas, y convirtiendo a Colombia como el país
a la cabeza en cuanto a desplazados internos por la guerra, según ACNUR. [1]
Con todos estos
datos en la mano, fácilmente verificables en fuentes oficiales, ¿qué pudo pasar
para que la mayoría de la población colombiana haya votado No en el plebiscito
por la paz?
La campaña de
desinformación promovida por Álvaro Uribe Vélez y su partido Centro
Democrático, salió triunfante en el pasado plebiscito del 2 de Octubre.
En la maniobra de
intoxicación del odio, se aseguró que se entregaría el país a la guerrilla de
las Farc y que éstos formarían un estado “castrochavista” además se aseveró que
los guerrilleros iban a tener total impunidad, que no repararían a sus víctimas,
entre otras falacias.
Esta campaña de
odio habría sido ilegítima en cualquier otro país verdaderamente democrático,
pues sería denunciable ante los estamentos del Estado.
Álvaro Uribe
propuso una paz sin impunidad semanas antes del plebiscito. El Centro
Democrático se colocó de repente la bandera de la paz.
No se esperaban la
victoria en las urnas, pues era más cómodo seguir echando veneno que crear una
serie de propuestas.
Sin ir más lejos,
la primera de las “propuestas” que hizo Uribe fue amnistiar a guerrilleros que
no hayan cometido crímenes de lesa humanidad, algo que ya había sido escrito y
aprobado, además “fallando” con esto a sus votantes por el No en algunos casos
impulsados bajo el lema: “paz sin impunidad”
También propuso
aliviar judicialmente a las Fuerzas Armadas que estén siendo procesadas, esto
supone también auto blindar a los suyos y a él mismo, respecto a
investigaciones que en un futuro puedan surgir, recordemos que hay un número de
uribistas algunos miembros de su antiguo gabinete de gobierno, actualmente
prófugos de la justicia o procesados por nexos con el paramilitarismo.
El panorama en el
que se encuentra Colombia, es de total incertidumbre por lo que pueda venir, el
mundo está expectante a los próximos acontecimientos que sucedan en este país
que le pudo decir Sí a la paz pero que se dejó engañar, por los objetivos personales
de los señores de la guerra.
Foto: Juan
Diego Buitrago / El Tiempo
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