El campamento del
Frente 34 está ubicado en Vegaez, corregimiento del municipio de Vigía del Fuerte (Antioquia) que tiene previsto, en la vereda Vidrí, la instalación de una de las 20 Zonas Veredales Transitorias de Normalizacion (ZVTN) para la dejación de armas.
FIPU PRESS
Teatro, cumbia y la
salsa de Joe Arroyo van acabando con el olor a pólvora del campamento del
Frente 34 de las FARC. Cuando no son actividades culturales, futbol o voleibol lo
que ocupa el tiempo de los guerrilleros, es el estudio el que toma lugar en el
día a día de la guerrillerada que acude al aula de estudio diseñada en la
cuenca del río Arquia.
La guerra entre el
Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) está
llegando a su fin. Ahora los guerrilleros se preparan para “la construcción de
paz desde los territorios, y eso requiere la formación de cada uno de los
combatientes en el cambio de perspectiva en todas sus actividades y todos los
niveles”, cuenta Benkos Biohó, uno de los comandantes del Frente 34 e
integrante de la delegación de paz.
El campamento del
Frente 34 está ubicado en Vegaez, corregimiento del municipio de Vigía del
Fuerte (Antioquia) que tiene previsto, en la vereda Vidrí, la instalación de
una de las 20 Zonas Veredales Transitorias de Normalizacion (ZVTN) para la dejación
de armas de la guerrilla durante su transformación en movimiento político y paso
a la vida civil.
Sin embargo, por
falta de planificación e incumplimiento del Gobierno, tal como ocurre con la
mayoría de zonas veredales, el Frente 34 no ha podido desplazarse a su zona en Vidrí.
“No está lista la infraestructura necesaria para el traslado a las zonas, algo
que compete al nivel gubernamental por los compromisos contraídos para ello”, recuerda
Biohó.
Los que sí están
listos son los guerrilleros que, al ritmo de “no le pegue a la negra”, estudian,
danzan y practican deporte. De la rebelión armada pasaron a la ‘Rebelión’ de
Joe Arroyo, canción cuya coreografía la guerrillerada prepara insistentemente durante
todo el día.
Aunque la amenaza
del paramilitarismo es latente, y el asesinato de dirigentes sociales no cesa, en
el campamento del Frente 34 se percibe que la confrontación armada con el
Estado está finalizando.
Al abandonar
Vegaez, a lo lejos, “no le pegue a la negra” sigue sonando como modo de
tránsito de las FARC hacia la política sin armas. “Para las FARC lo que sigue
es el desmonte del elemento armado y la construcción de la plataforma política
que se requiere para la inserción en los espacios de la vida sin armas y para
la transformación del país”, concluye Biohó.
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