Aunque parezca que hay un empate técnico, o protocolario, lo cierto es que las FARC infringieron el protocolo, pero ello no implica que hayan cometido una acción hostil contra la Fuerza Pública, es decir, que hayan atacado al Ejército violando el Cese al Fuego.
Por: Alexander Escobar
FIPU | FOTO: @CINUBOGOTA
Sin formularse
preguntas, los medios de comunicación reprodujeron el informe realizado sobre
la muerte de dos guerrilleros de las FARC a manos del Ejército en el sur del
departamento de Bolívar el 13 de noviembre, hechos que son violatorios del cese
al fuego acordado desde el 29 de agosto por Gobierno y guerrilla.
El informe, que
provino del Mecanismo
tripartito de Monitoreo y Verificación (MM&V) del Cese al Fuego y de
Hostilidades Bilateral y Definitivo, instancia definida por las partes –y conformado
por Gobierno, FARC y ONU– para estudiar este tipo de casos, realmente se ciñó a
lo protocolario, sin reflexiones que toda Colombia y la
comunidad internacional requieren plantearse.
Recordemos que para
evitar incidentes y propiciar un clima más seguro para la verificación del cese
al fuego, el 13 de octubre se acordaron protocolos que incluían varios puntos
de preagrupamiento transitorios para la guerrilla en diferentes zonas del país.
No obstante, un mes después, el 13 de noviembre, un incidente prendió las
alarmas en Colombia: tres guerrilleros que no estaban en uno de los sitios de
preagrupamiento fueron atacados por el Ejército, con un saldo de dos guerrilleros
muertos y uno detenido.
Diecisiete días después,
el 30 de noviembre, el MM&V produjo el informe oficial donde concluyó que
tanto las FARC como el Gobierno violaron el Cese al Fuego. Afirma el informe, o
el análisis, que la guerrilla lo violó porque estaba por fuera de “los Puntos de
Preagrupamiento Temporal armados y uniformados sin coordinación previa con el
MM&V”, y también el Gobierno porque la “Fuerza Pública abrió fuego
contra los miembros de las FARC-EP sin mediar otra acción”, pensando que eran
guerrilleros del ELN.
Tanto Gob #Colombia como #FARC violaron #CeseAlFuego. Comunicado del Mecanismo Tripartito d Monitoreo y Verificación https://t.co/fFgoq4p4zp pic.twitter.com/Ts4yka6joQ— Misión ONU Colombia (@MisionONUCol) 30 de noviembre de 2016
Sin
embargo, aunque parezca que hay un empate técnico, o protocolario, lo cierto es
que las FARC infringieron el protocolo, pero ello no implica que hayan cometido
una acción hostil contra la Fuerza Pública, es decir, que hayan atacado al
Ejército violando el Cese al Fuego. Porque así suene extraño, o quizá confuso,
una cosa son los protocolos para facilitar el Cese al Fuego, y otra cosa son
las dinámicas de la guerra, las acciones hostiles y ofensivas entre adversarios
que deben tenerse en cuenta dentro de un Cese al Fuego para decir que hubo una
violación del mismo.
Caso
contrario sucede con la Fuerza Pública que, argumentando atacar a la guerrilla
del ELN, disparó a matar contra los guerrilleros de las FARC. Y más grave aún,
sin que el "adversario" estuvieran en actitud ofensiva o defensiva, puesto que no hubo
combate, según lo estableció la Asociación de Hermandades Agroecológicas y
Mineras de Guamocó (Aheramigua) en un informe realizado después de verificar los
hechos y analizar los testimonios de la comunidad:
“Narran
los habitantes que aproximadamente a la 1:30 p.m, ‘Joaco’ (guerrillero de las
FARC) se encontraba hablando por celular y de manera inesperada cayó al piso.
El disparo que recibió fue levemente percibido. En ese momento, ‘Mónica’ (otra
de las guerrilleras) se inclinó a ver qué le sucedió y también recibió un
disparo quedando en el suelo. Las personas allí presentes se dan cuenta que son
francotiradores”.
En
este sentido, el informe realizado por Aheramigua establecería que quien
realizó acciones de guerra, violatorias del Cese al Fuego, habría sido el
Ejército. Pero más que acciones de guerra, estaríamos hablando de asesinato,
algo que el informe del MM&V denomina, en forma protocolaria, como abrir
fuego “sin mediar otra acción”.
Con
la información suministrada por Aheramigua quedaría claro que la acción de
disparar a matar fue premeditada, que no existió combate o acción ofensiva que
detonara el ataque, y que independientemente de si el Ejército creyera que atacaba
al ELN, lo que ocurrió ese 13 de noviembre fue el asesinato de dos personas.
Por
ello, estos hechos revisten un carácter gravísimo. Porque la responsabilidad del
debate sobre lo ocurrido sobrepasa el tema del Cese al Fuego entre las FARC y
el Gobierno. Lo que evidencia la acción del Ejército es que aplicó la pena de
muerte a dos personas en un Estado que en la forma presume de democrático, pero en cuyo fondo ocurren hechos propios de una dictadura militar, tan graves como los 126 integrantes de Marcha Patriótica asesinados en tan solo cuatro años.
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