Pocos recuerdan que el Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, iba quedar por fuera de lo pactado. A pesar del compromiso asumido por las partes, el Gobierno pretendió faltar a su palabra.
La reacción de
líderes afros e indígenas no se hizo esperar. El 24 de agosto de 2016, horas antes de la firma del Acuerdo de
Paz, viajaron a La Habana para hacer respetar lo acordado.
Aiden Salgado,
líder afrodescendiente de la Coordinación
Étnica Nacional de Paz (Cenpaz), recuerda que “el Gobierno Nacional no
tenía intenciones ni interés de que, primero, las comunidades fueran escuchadas
en La Habana; segundo, después de ser
escuchadas y haber presente un compromiso tanto de las FARC como del Gobierno, el
Gobierno quería soslayar ese compromiso”.
La guerrilla
también da su opinión. Benkos Biohó, uno de los encargados de la delegación de
paz de las FARC para discutir el Capítulo Étnico con el Gobierno, afirma que la
inclusión del Capítulo fue “un compromiso adquirido por la Mesa. Y por tanto la delegación de las FARC sentó la postura de que era necesario cumplir la palabra
empeñada”.
Salgado va más allá
de las palabras reposadas del líder guerrillero, y añade que “si no es por la presión de las FARC, (que dijo: ‘nosotros dimos una palabra, y no
vamos a tirar por la borda nuestra palabra, vamos a reconocer a las comunidades
negras realmente como se merecen en los acuerdos’), el Gobierno saca uno o dos párrafos en el marco del acuerdo general, y
no le da participación real” a las comunidades.
Para discusión del Capítulo
Étnico varias delegaciones de organizaciones indígenas y afrodescendientes
dialogaron el año pasado con Gobierno y FARC el 26 y 27 de junio en La Habana.
Biohó explica por qué la discusión y posterior inclusión de este capítulo en el
Acuerdo de Paz.
“La inclusión de un
Capítulo Étnico correspondió a una necesidad sentida de que estos acuerdos
contuvieran unas salvaguardas con
referencia a derechos adquiridos por estos pueblos, de manera que se hiciera la diferencia en el
tratamiento y en la aplicabilidad de los acuerdos que corresponden a la
visión, usos y costumbres de esos pueblos, tanto de los territorios como de
toda la dinámica social”.
Otras voces se
suman para recordar por qué existe este Capítulo. Luz Mery Panche, líder
indígena de la Coordinación Étnica
Nacional de Paz (Cenpaz), también participó de la discusión en la Mesa de
La Habana. Para ella la importancia radica en que permite a los grupos étnicos “plantear desde su visión, desde su
cosmovisión, desde su historia, cómo deben implementarse los acuerdos (de paz)
en los territorios para que realmente sean efectivos y se concreten acciones
acordadas con las comunidades desde las bases”.
Y paso a seguir, como
lo afirma Luz Mery, viene la implementación de lo acordado. Para ello “las bases” constituyeron una comisión de
alto nivel con las organizaciones étnicas del país, la cual planteará los
enfoques normativos para la implementación del capítulo e incidir, de igual
modo, en el cumplimiento del acuerdo general de paz.
“Qué sigue, que la
gente lo conozca (el Capítulo Étnico), que sea muy bien socializado en las
comunidades, que las comunidades se apropien de ello y que comiencen a trabajar
en su implementación, cruzados con los otros derechos que tiene la comunidad
más el acuerdo general”, expresa Salgado.
Tanto para Salgado
como Panche, las luchas de las comunidades indígenas y afrodescendientes no
solo están fundamentadas en mejorar las condiciones de vida de los grupos
étnicos, además están atravesadas por las necesidades que padece el pueblo
colombiano.
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