Otro escándalo sacude los cimientos de la economía del gigante suramericano y amenaza con retrasar la ya postergada recuperación. Sin embargo, las malas noticias para Brasil podrían beneficiar a otros productores que quieren suplir ese nicho. ¿Quiénes saldrían ganando?
"El
mercado que todos se pelean es el asiático y, después del escándalo en Brasil,
México y Australia podrían salir muy beneficiados", estima el
internacionalista Agustín León.
Entrevistado
por RT, el analista considera que el golpe a la reputación de Brasil que dejó
el operativo "carne débil" puede ser aprovechado por los competidores
internacionales, que ansían destronar al gigante suramericano como líder de las
exportaciones de productos cárnicos en Asia.
Hasta
ahora, naciones como China y Corea del Sur han suspendido la
importación de carnes de cuatro empresas afectadas por el fraude. Sin embargo, la
mayor tensión ha sido con su principal comprador latinoamericano: Chile.
Santiago advirtió que podría bloquear sus compras y
su pronunciamiento fue respondido con una amenaza del ministro de
agricultura brasileño, Baliro Maggi: "El comercio está hecho de
codazos".
"Si
tengo que tener una reacción más fuerte con Chile para proteger el mercado
brasileño lo haré con total tranquilidad", agregó Maggi con respecto a las
declaraciones de su principal comprador en América Latina. Pero, ¿qué tan
grave es la situación para un país que negocia 12.000 millones de dólares al
año en carne?
Lo
bueno
El
destape del escándalo, sostiene León, tiene un lado positivo. Para el
internacionalista, este tipo de situaciones levanta las alertas para que los
países refuercen los controles fitosanitarios y se ponga la lupa sobre las
prácticas de empresas transnacionales que manejan el negocio de la carne.
"Hay
que tener en cuenta que al ser una carne con grados de descomposición a
diferentes niveles, que se oculta con químicos cancerígenos como el ácido
ascórbico, existe la posibilidad de una epidemia", apunta el analista,
quien considera que será difícil para Brasil remontar la cuesta de malas
prácticas comerciales.
Aunque
las autoridades brasileñas han intentado minimizar el impacto del fraude de la
carne, compradores como la Unión Europea (UE) han anunciado que
blindarán aún más el proceso de certificación sanitaria de la carne
brasilera que entre en su mercado, lo que podría erosionar, en el mediano
plazo, el tratado que pretende signar ese bloque con el Mercado Común del Sur
(Mercosur).
Lo
malo
La
preocupación no es exclusiva de Brasilia. Países como Uruguay, también
pertenecientes al Mercosur, están al tanto de que cualquier opacidad en
las prácticas comerciales podría poner en tela de juicio al resto del
mecanismo.
Este
martes, el diario uruguayo El Observador aseguró que fuentes del Ejecutivo
seguían "con atención" la situación de su socio y que estimaban que
cualquier acción contra Brasil podría ser "contraproducente" para los
intereses del bloque comercial, en especial la firma del acuerdo con la UE,
postergado desde hace varios años.
Entretanto,
industriales argentinos se mostraron escépticos ante la posibilidad de que las
dificultades de Brasil se traduzcan en una mayor oportunidad de negocios para
Buenos Aires y, por el contrario, ventilaron un temor
común: "más tarde o más temprano, esto termina salpicando a todo el
mundo, con diferentes grados", dijo el especialista Miguel Gorelik,
entrevistado por Clarín.
Lo
feo
Con
una elección en ciernes y el escándalo de Odebrecht todavía mancillando
reputaciones en la región, otro caso de corrupción de esta magnitud es un golpe
telúrico a la credibilidad del país: "el solapamiento de estas prácticas
deja el sinsabor de que toda la estructura comercial y económica de Brasil está
corrompida", alerta León.
En
el sustrato de ese problema de imagen está uno aún más grave, dice el analista:
"son miles y miles de personas las que trabajan en esas transnacionales y
que ahora están en incertidumbre". La noticia pronostica un panorama
sombrío para la industria de cárnicos, que genera 15% del total de ventas
al exterior; y desalienta la economía de un país que ya había recortado
su meta de crecimiento para este año.
Por eso no resultan gratuitas las declaraciones del presidente de ese país, Michel Temer, quien admitió este martes que el escándalo de la carne generó "una vergüenza económica al país". Su argumento para tratar de sortear la crisis es que solo hay 21 frigoríficos presuntamente involucrados en fraudes, de los más de 4.000 existentes. El detalle es que dos de ellos, JBS y BRF, son los dos gigantes del sector.
Por eso no resultan gratuitas las declaraciones del presidente de ese país, Michel Temer, quien admitió este martes que el escándalo de la carne generó "una vergüenza económica al país". Su argumento para tratar de sortear la crisis es que solo hay 21 frigoríficos presuntamente involucrados en fraudes, de los más de 4.000 existentes. El detalle es que dos de ellos, JBS y BRF, son los dos gigantes del sector.
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