Así terminé navegando por el río Atrato, entre los departamentos de Antioquia y Chocó, y conociendo dos de sus afluentes, los ríos Arquía y Murrí. De las cuencas de esos ríos proceden estas fotos, tomadas mientras fui corresponsal de la Federación Internacional de Prensa de los Pueblos (FIPU) en 2016.
Y
fue de viaje en viaje que accidentalmente nació Los niños del agua, que no es más que un vaivén entre la paz y la
guerra de los rostros que tienen al río como compañero y testigo, y cuyas
miradas podrán evocar ternura, esperanza, o múltiples interpretaciones; sin
embargo, desde mi mundo, hoy solo me recuerdan el detonador del conflicto
colombiano: la desigualdad social que masacra a comunidades enteras.
Palmira, mayo 18 de 2017
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.