Una aproximación epistemológica al papel del arte en la construcción de paz
El termino PAZ tiene múltiples interpretaciones según el tiempo, espacio y doctrina filosófica desde la que se interprete la realidad, por lo cual es importante aproximarnos a dicho termino reconociendo saberes locales y globales que rodean este complejo, pero esperanzador concepto. Hay muchos autores que han hecho investigación científica de la paz y la guerra como objeto de estudio; entre ellos encontramos al Noruego Johan Galtung, quien nos señala que
para hablar de paz hay que primero conocer sobre las formas de violencia que se
presentan en las sociedades, para dicho autor existen tres formas de violencias: las simbólicas, las estructurales, y las
directas; por ende dos categorías de la construcción de la paz, la primera
denominada como paz negativa que pasa por tramitar los conflictos que se expresan por medio de las violencias directas
(Callar los fusiles), como paso inicial para forjar una paz con mayores
transformaciones culturales y estructurales que este teórico denomina como la
paz positiva.
La
definición de paz positiva dada por Galtung
dialoga permanentemente con la justicia social que tiene su sustento en las
premisas de que la paz debe representar justicia en la distribución de la
riqueza (tierra, capital, trabajo) e igualdad en el acceso a derechos sociales,
económicos, culturales y ambientales.
Galtung
nos señala además que es en las violencias culturales y simbólicas donde se
encuentra parte de las causas que dan origen y reproducen las violencias
estructurales y directas; entre las violencias culturales podemos referir el
patriarcado, el colonialismo, la ignorancia, la manipulación mediática, el
racismo, la xenofobia, el desarraigo, entre otros.
Para
el profesor Alfredo Molano la firma
del acuerdo de paz de La Habana, Cuba, fue un paso fundamental para parar una
guerra de más de 50 años entre las FARC y el gobierno nacional, generando un
punto de inflexión histórico que abre la puerta para gestionar un conjunto de
reformas sociales que dignifiquen la vida de los pobladores rurales y víctimas
del conflicto armado.
Aunque
dicho acuerdo de paz no represente el fin de la guerra en su totalidad, ya que
aún existen otros actores armados en el país, y se avizora el incremento de la presencia
neo-paramilitar en los territorios, si se observa un importante desescalamiento
de la confrontación armada, y un compromiso de uno de los actores de pasar del
escenario de confrontación político – militar al lugar meramente del debate de
las ideas democráticas y civilizadas.
Desde
la perspectiva del profesor Francisco
Muños de la universidad de Granada, la paz es un proceso de construcción
imperfecta es decir no tiene un punto de llegada, es el motor que mueve
procesos de cambio y evolución humana.
Como
segunda aproximación el término Arte
que etimológicamente está relacionada con la creación, es el sustento para
posibilitar otras formas de Sentipensar la construcción de otros mundos
posibles. En nuestro caso el Hip - Hop cultura como movimiento consiente o Conciencia
en Movimiento reconoce los centros urbanos como sus territorios espaciales
inmediatos, aunque no se limita solo a estos, sino que se define como una
comunidad global con presencia en los campos y ciudades, y como una colectividad
con lenguajes, tradiciones, símbolos, y perspectivas comunes.
Como
un componente de contextualización es importante señalar que el Hip-Hop ingresa
a nuestro país hace varios decenios por medio de los inmigrantes latinos que
viajan al norte de américa y retornan a Colombia con saberes culturales y
espirituales de los afros pobladores de las tierras del norte, quienes fueron
desplazados como fruto de la etapa del esclavismo formal. El Hip-Hop en sus
raíces se constituye como una cultura que da voz a los marginados, y se reafirma
por medio de la Declaración de Paz del Hip-Hop
Como una comunidad de y para la paz, el amor, la justicia, y la sana diversión.
El
tercer término de gran relevancia es el de historicidad
que hace referencia a la historia y a la veracidad, esto implica un
ejercicio de recuperación de la memoria a partir de procesos de verdad, que
debe permitir relatar las historias de la Colombia profunda que ha sido marginada
tanto en campos como ciudades, y describir las causas, efectos, y condiciones
que generaron y prolongaron uno de los conflicto más largos del continente; y
en dicho ejercicio las artes deben jugar un papel muy importante.
Los
artistas debemos asumir una postura más activa en el proceso de reconciliación de la familia colombiana; ha sido comprobado que en sociedades
donde reina la polarización y el miedo, el arte por su capacidad de trascender
fronteras geográficas, mentales e ideológicas, puede posibilitar escenarios de
encuentro, de reconocimiento, y de catarsis, entre actores que antes se
percibían como enemigos a muerte y que ahora se asumen como contrincantes de
ideas.
El arte urbano para la
paz, la memoria y la reconciliación no puede permitir ser absorbido por las
dinámicas banales en las que nos sume el sistema hegemónico de mercado, este
por el contrario debe reflejar los sentires y deseos de las comunidades a las
que se pertenece y con las que se convive; el arte debe denunciar a esa sociedad con la que no se está de acuerdo y anunciar el deseo de construir una
nueva y mejor sociedad para la paz, y la vida dignidad.
*Documento presentado en el conversarorio Construcción de paz en el arte urbano. Universidad del Valle, Cali, septiembre 18 de 2017.
*Documento presentado en el conversarorio Construcción de paz en el arte urbano. Universidad del Valle, Cali, septiembre 18 de 2017.