No votar por Petro es un acto criminal
El sector del Polo Democrático y la Alianza Verde, y los excandidatos presidenciales Sergio Fajardo y Humberto de la Calle que anunciaron votarán en blanco el próximo 17 de junio, tomaron una decisión que favorece la muerte, el paramilitarismo y, finalmente, el totalitarismo que termina convertido en dictadura bajo la fachada de una democracia que nació jubilada.
Es
su decisión un instrumento para la
ultraderecha que les utiliza para imposibilitar la lucha frontal contra el
poder, contra la corrupción, contra las fosas de sangre que sostienen al Centro
Democrático y su proyecto infame de despojo, saqueo e impunidad,
representado en la figura de Álvaro Uribe Vélez.
Por
eso votar de una manera u otra para la Presidencia, este 17 de junio, “no son expresiones de la
democracia” como afirma Jorge Enrique Robledo del Polo Democrático. Porque es claro que frente
a la barbarie y la muerte no hay excepciones, solo decisiones que permitan confrontar a la avanzada paramilitar que, hasta
este momento, es incontenible, avanzada que prácticamente será imposible detener con la llegada
del uribismo al poder.
Quienes
vamos a votar por Gustavo Petro, candidato de la Colombia Humana, sabemos que
nos estamos jugando la vida. La decisión de figuras de la política, erróneamente
llamadas “de izquierda”, que no votarán por Petro, no tiene argumento filosófico,
ideológico o político que pueda justificarles en momentos donde la candidatura
de la Colombia Humana es, a pesar de las diferencias que tengamos con su
programa o su candidato, una propuesta que
permite crear escenarios para defender la vida, luchar contra la corrupción y
destinar los recursos del Estado a la inversión social.
Tampoco
tiene justificación al ratificar cómo las élites políticas se alinean contra
Petro para sostener la inequidad, la corrupción, el despojo y la muerte: partidos
y castas políticas, responsables de saquear y financiar el paramilitarismo en el
país, no dudaron un segundo en unirse al candidato del uribismo en segunda
vuelta para la Presidencia.
No votar por Petro
además es un acto infame de quienes no se conmovieron ni entraron en razón con las palabras de Luz Marina Bernal, madre de uno de los miles de jóvenes que el Gobierno de Álvaro Uribe
asesinó para hacerles pasar por
guerrilleros y mostrar resultados en una guerra que jamás ganó.
Las palabras de Luz
Marina son la lucha de la memoria contra el olvido, de la vida contra la muerte,
de la paz contra la guerra de quienes la aclaman, pues solo la viven,
alimentados por el vómito del televisor:
“Entiendo
que la campaña dejó heridas abiertas entre los seguidores de Petro y Fajardo.
Claudia López, Angélica Lozano, Antanas Mockus, Jorge Enrique Robledo, me propongo
para hablar con sus voluntarios, y explicarles lo que significa para nosotras
el regreso de Uribe. Por favor”.
Habrá
quienes no votarán por Petro porque la propaganda sucia mantiene sumida a la
sociedad en el engaño, la manipulación y la estupidez crónica. Pero habrá
quienes no votarán por la Colombia Humana sabiendo la tragedia que esto
significa. En ambos casos, a conciencia
o por inconsciencia, por acción u omisión, no votar por Petro no dejará de ser
un crimen que masacrará a cientos de comunidades, así como a líderes y
lideresas, que seguirán cayendo víctimas del paramilitarismo.