“No
nos sentemos detrás de un computador, detrás de un micrófono a hacer radio,
porque eso no es radio, radio es salir a investigar, conocer el ambiente en el
que vivimos, de esa manera somos comunicadores indígenas, sino solamente vamos
a ser programadores de música”, decía María Efigenia Vásquez Astudillo, comunicadora del resguardo de Kokonuko,
convencida de que el camino es la comunicación comunitaria y solo es posible
desde el conocimiento y la interacción con la comunidad.
María Efigenia asumió
desde muy joven la lucha de su comunidad y la defensa de su territorio; usaba
la radio para comunicar las tradiciones y las luchas de su pueblo. Cuando tenía
solo 17 años comenzó a asistir a espacios de capacitación en comunicación
comunitaria, con el tiempo, pasó a integrar el equipo de comunicaciones del Consejo Regional Indígena del Cauca.
El 18 de octubre de
2017, un proyectil acabo con sus sueños, en momentos en que cubría la
movilización de los comuneros indígenas del resguardo de Kokonuko que
reclamaban la propiedad colectiva del predio “Aguas Tibias”, un negocio
turístico de termales que está en poder de un actor privado.
En medio de los
enfrentamientos entre el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) y la comunidad,
se escucharon disparos -que venían del sitio donde estaba ubicado el ESMAD-,
minutos después María Efigenia cayó herida al suelo, luego falleció en el
Hospital San José de Popayán, a causa de, según el dictamen de Medicina
Legal, una herida causada por un proyectil de arma de
fuego de carga múltiple, que le produjo una herida cardiaca. El tipo de proyectil pudo ser de una escopeta o de un artefacto explosivo no convencional.
La denuncia realizada por la FLIP asegura que la guardia indígena solicitó el ingreso de una
ambulancia para trasladar a la comunicadora a un centro médico, pero el
vehículo nunca llegó debido a que, según el gobernador del Resguardo, el
conductor afirmó que no le fue permitido ingresar al lugar. La comunidad
entonces buscó un vehículo particular para trasladarla a un centro de salud,
sin embargo, denunciaron que los uniformados intimidaron al conductor: “los del ESMAD se encontraban en parte de la
carretera e incluso encañonaron al señor para que no la recogiera”, asegura un
indígena testigo en el lugar de los hechos”.
Esta luchadora social
de tan solo 31 años, era madre de tres hijos, hizo parte de la Guardia Indígena
de su comunidad durante tres años y trabajaba de manera voluntaria en la
emisora “Renacer Kokonuko” vinculada al Consejo Regional Indígena del Cauca
(CRIC), único medio de comunicación del municipio de Puracé. Quienes trabajaron
con ella la recuerdan como “una mujer sencilla, risueña, estudiosa, entregada al trabajo comunitario”.
A la comunidad del
pueblo Kokonuko, al departamento del Cauca y a los procesos de comunicación
alternativa, popular y comunitaria, les arrebataron una lideresa comprometida
con la defensa del territorio, a una comunicadora popular convencida de la
importancia del papel que juegan los medios de comunicación comunitarios en la
transformación del país.
Ante la ausencia de
garantías y la complicidad del Estado, en los territorios continúa el genocidio
de líderes y lideresas sociales, sin embargo, las comunidades continúan
organizándose y resistiendo desde sus diferentes contextos, desde la asamblea,
la movilización o el ejercicio de comunicación popular se siguen tejiendo
caminos de resistencia por los que han transitado lideresas como Efigenia
Vásquez.
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Trabajo gráfico realizado por Iskra |
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