2020
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“Somos indígenas, somos negras, somos campesinas, somos mestizas, somos lesbianas, somos transexuales, somos maestras, somos artesanas, somos sindicalistas, somos tejedoras, somos parteras, somos cocineras, somos artistas, somos músicas, somos escritoras”.

Presentación del álbum La Diosa en mí

 

Una Tormenta Violeta se divisa en el norte del Cauca. Y tengan cuidado que no es una llovizna pasajera o un viento momentáneo. Tormenta Violeta es el nombre de la productora, conformada por mujeres artistas y diversas, que este miércoles, 25 de noviembre, lanzará su primer trabajo discográfico titulado La Diosa en mí.

 

Ver: Evento de lanzamiento

 

“Con este álbum queremos presentar el proceso de co-creación musical que realizamos para la conformación de una red de artistas para la construcción de paz y reconocimiento de los derechos de mujeres indígenas, negras, campesinas, mestizas, mujeres en proceso de reincorporación de FARC y población LGBTIQ+ del norte del Cauca”, explican las productoras.

 

Letras rebeldes, con historias y memoria, de guerra y paz, de resistencia, nos trae este álbum que nos sumerge en un viaje que pasa por el RAP, el bolero, la música urbana, el vallenato, la balada, la trova, y distintos géneros musicales que nos recuerdan la relación de la mujer con la sociedad, la vida, la lucha y el territorio.

 

“Las letras básicamente hablan de diversidad sexual, de la vida de las mujeres, de la relación de ellas con el territorio, con las problemáticas ambientales, de la incursión de multinacionales en el norte del Cauca”, nos cuenta Diana Rengifo, integrante de la Corporación Ensayos para la Promoción de la Cultura Política.

 

Este trabajo fue posible gracias al tejido de artistas de distintos procesos y movimientos sociales, que integran organizaciones como la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), Mujeres Diversas, Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca (ACONC), Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM), Grupo Musical Folclórico Tumbafro Violines Caucanos, Venga que sí se puede, Fundación Arcos Diversos, Corporación Ensayos para la Promoción de la Cultura Política, y la Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO).

 

La Tormenta Violeta dejará que las letras de La Diosa en mí estallen este miércoles en el norte del Cauca, y de canción en canción, de historia en historia, sembrará dignidad y rebeldía en los oídos que toque y despierte, mientras una letra al ritmo del RAP retumbará como su fuera un manifiesto:

 

“Ya no hay nada que nos pare. Poetisas de la vida, de las rimas como andan nuestros mares. Somos mujeres empoderadas, construyendo realidades. Rompamos las cadenas y digamos las verdades”.

Redacción REMAP


 A pesar del miedo que generan los actores armados, la estigmatización y señalamientos por parte de funcionarios del alto gobierno, la caravana llega al Plateado a donde se decía era imposible llegar 

La Caravana Humanitaria por la Vida y la Paz al Cañón de Micay culmina su recorrido territorial de manera exitosa. A pesar de las acciones que emprendieron algunos actores armados buscando generar terror, la estigmatización institucional en cabeza del Alto Consejero para la paz EMILIO ARCHILA, y el histórico abandono estatal; la caravana llega al punto de destino Argelia, cabecera municipal y el corregimiento del Plateado; esto nos permite a las organizaciones sociales participantes, hacer el siguiente balance:

Queda demostrado que la articulación y juntanza en la acción de todos los procesos sociales, defensores de DDHH, medios de comunicación nacional e internacional que defendemos la vida, generó la suficiente fuerza para lograr llegar con los mensajes de paz, solidaridad y esperanza a los territorios en donde es imposible hacerlo por el terror que infunden dichos actores armados.

Se logró conocer de manera directa el abandono, el desgobierno y el genocidio que existe en el territorio en donde las reglas de juego en convivencia, en lo económico y cultural lo imponen estos actores armados, generando un riesgo para los líderes, organizaciones sociales y excombatientes que en medio de este panorama hacen su trabajo comunitario y la labor de defensa de derechos humanos; esto porque las actividades que desarrollan no son aceptadas por los armados que amenazan y asesinan a los dirigentes.

La Caravana percibe el miedo de sus habitantes para hablar, para participar, para denunciar, para contar la realidad que se vive en el territorio, se refleja en el silencio que instaura la guerra impuesta y en el aislamiento que imponen los grupos armados, en este caso aquellos que tienen prácticas que nos recuerdan al paramilitarismo, los están sometiendo.

Se rompió el cerco mediático al contar con medios masivos de información locales, nacionales, e internacionales y las redes sociales que dieron a conocer ampliamente el impacto de la Caravana Humanitaria.

Se hizo el llamado y se envió el mensaje político a los grupos armados que tienen azotada a la región, para que se respete la vida, que se deje de asesinar y enlutar familias, de reclutar forzosamente.


Logramos manifestar que las comunidades no están solas, que fuerzas sociales y políticas de carácter regional, nacional e internacional mantendrán el acompañamiento y observación sobre la violencia que se ejerza en contra de los líderes, excombatientes y comunidad en general. Esta no será la única acción que emprenderemos en defensa de la vida y los derechos humanos

Resaltar que el arte y la cultura se convirtieron en el medio ideal para llegar a las comunidades, en especial la niñez y la juventud que a pesar del temor salieron a recibir la caravana con gran alegría.

Se tuvo un importante manejo de interlocución política con las instituciones gubernamentales del departamento, con funcionarios de gobierno nacional y departamental, las Fuerzas Militares y comunidad internacional, que le dio parte de tranquilidad a la Caravana en su recorrido.

La caravana ve con gran preocupación la ausencia física de la institucionalidad civil y los órganos de control para acompañar y apoyar estas iniciativas de paz que realizan las organizaciones, escudándose en la pandemia del COVID-19 para no asumir su responsabilidad estatal y deja el rol de proteger la vida en manos de las mismas comunidades y organizaciones sociales que son amenazadas, y estigmatizadas. Este comportamiento históricamente lo han asumido quienes han gobernado nuestro país durante décadas.

Finalmente, la caravana se despide del Cañón del Micay reafirmando las siguientes exigencias:

*La implementación integral de los Acuerdos de Paz firmados con las FARC- EP y de reanudar los diálogos de paz con el ELN.

*De manera urgente brindar garantías y protección a los líderes sociales, sus organizaciones y a los excombatientes que hoy ejercen liderazgos comunitarios

*Hacer presencia en toda la región del Cañón del Micay con inversión social y no solo presencia armada, el Estado debe garantizar que los habitantes mejoren sus condiciones de vida y sobre todo que puedan vivir en paz.

*Exigirle al gobierno en cabeza del alto consejero para la estabilización EMILIO ARCHILA pedir disculpas públicas a las organizaciones participantes por las declaraciones estigmatizantes y tendenciosas hacia la Caravana Humanitaria.

*Iniciar un proceso de audiencia de control político en el Congreso de la República con participación de alcaldes locales y comunidades, para detallar las problemáticas de la región, desarrollar propuestas para la solución y que las autoridades del Estado respondan por qué no se brinda garantías para la vida y la permanencia en territorio y por el contrario cada día se incrementan el número de masacres y asesinatos selectivos.

Argelia - Cauca noviembre 1 de 2020




DOCUMENTO POLÍTICO PRIMERA CARAVANA HUMANITARIA

AL CAÑÓN DEL MICAY

 

“Las comunidades del Cañón del Micay ya no soportan más el recrudecimiento de la violencia y no quieren seguir siendo víctimas dela guerra”. 

 

La guerra en la historia política de Colombia ha sido estructural. Sus causas aún no han podido resolverse y sus consecuencias siguen siendo nefastas para la vida y la democracia de todos los colombianos, golpeando con mayor fuerza los territorios históricamente olvidados.


Video: Intervención Alcalde de Argelia 


Los sectores demócratas han hecho grandes esfuerzos por contribuir a la construcción de un mejor país, se ha tenido la opción de dirigir la nación con liderazgos como el de Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, candidatos presidenciales y periodistas como Jaime Garzón, entre otras grandes personalidades que pensaron diferente, pero fueron acallados y acalladas por las balas asesinas de las mismas personas que hoy gobiernan y promueven la violencia en nuestros territorios.

 

En el año 2016 los colombianos centramos nuestras esperanzas en el Acuerdo Final de Paz, entre el Estado colombiano y las FARC- EP, de la misma manera en el avance de los diálogos y negociaciones de paz con el ELN que el actual gobierno decide romper, e incumplir los protocolos internacionales ya pactados con el acompañamiento de países garantes. De otro lado desconoce diferentes iniciativas de paz que desde la sociedad colombiana han sido expuestas ante el estado. Todas las iniciativas incluyendo el acuerdo de paz con las antiguas FARC-EP y los diálogos con el ELN han tenido enemigos que auspician la guerra y han promovido una campaña negativa y engañosa, empezando por el plebiscito por la Paz. Para el caso del acuerdo entre el Gobierno y las FARC-EP; pese a las situaciones adversas, en el departamento del Cauca el 67,39% le dijo sí a la paz en el plebiscito, para el caso de Argelia el 88,54% y para el municipio del Tambo en la zona rural el 80% de la población le apostaron a la paz, es así como los habitantes del Cañón del Micay masivamente le dijeron sí a la construcción de paz en sus territorios.

 

Una vez firmados los acuerdos de la Habana, las comunidades rurales evidenciaron un gran alivio en las acciones del conflicto armado, se notó la disminución de muertes violentas, disminución de confrontaciones, de tomas guerrilleras y los hostigamientos; no obstante, a raíz del incumplimiento, e implementación de los acuerdos de paz por parte del estado, se empezaron a incrementar los homicidios, los atentados, los desplazamientos, las amenazas en contra de personas, líderes sociales, defensoras de derechos humanos y ex guerrilleros de las FARC EP.

 

El actual gobierno desconoce el Acuerdo de Paz y niega su implementación, rompe diálogos con el ELN y en cambio reactiva una campaña de desprestigio en contra de la JEP, niega la participación de las víctimas en el Congreso de la República, desfinancia el Acuerdo afectando a las comunidades rurales en los Programas del PDET y el PNIS, no se garantizaron las condiciones de vida digna de exguerrilleros en las zonas de concentración ZVTN y ETCR, ni se brindaron garantías para la vida, por el contrario después de la firma de los acuerdos se han asesinado 236 exguerrilleros, han sufrido 48 tentativas de homicidios y se han presentado 17 desapariciones forzadas. Los demás exguerrilleros se han visto obligados a desplazarse de manera forzada de los territorios.

 

El departamento del Cauca es uno de los más afectados por la violencia. Encabeza las cifras más altas de muertes violentas con un numero de 188 líderes sociales y defensoras de Derechos Humanos asesinados; en el periodo de agosto de 2018 hasta octubre de 2020, se han asesinado a 40 exguerrilleros de las FARC EP y se han presentado 46 tentativas de homicidio a excombatientes en lo corrido del 2020, sumado a lo anterior se han registrado nueve (9) masacres que dejan 36 víctimas, principalmente jóvenes.

 

La violencia se concentra en el norte y el suroccidente del departamento del Cauca, siendo uno de los más afectados el Cañón del Micay que comprende los municipios del Tambo y Argelia. Si comparamos cifras y hechos violentos se repite la historia y la crueldad del paramilitarismo como se vivió en los años 2007, 2008 y 2009. Se repite, porque, desde el mes de marzo de 2020 con la llegada de grupos armados irregulares que se hacen llamar Carlos Patiño, Jaime Martínez, Dagoberto Ramos, que en confrontación con otros actores armados como el ELN, en disputa por el territorio, la emprenden contra la población civil inerme desatándose una serie de hechos violentos cuyo resultado es el asesinato selectivo, las masacres, el desplazamiento forzado, el despojo de bienes, el reclutamiento de menores mediante ofertas económicas, el confinamiento, sometimiento de la población campesina a sus intereses y constantes amenazas ala vida y la integridad de las personas. Solo en el 2020, las cifras de víctimas para el Cañón del Micay suman 117 entre asesinatos selectivos y masacres. Más de 400 familias han sido desplazadas forzadamente dentro del municipio y 145 tuvieron que abandonar totalmente el territorio.

 

Dentro de los líderes asesinados resaltamos la memoria de: Pompilio Narvaez, Alberto Ruis Leiton, Uberney Muños (Cuellar), Carlos Navia, Yeferson Muñoz, Segundo Imabachí Gómez, Sabino Angulo, Jesús Albeiro Riascos, Andrés Casimanse, Teodomiro Sotelo Anacona, Fabio Andrés Gómez Grande, Natalio Torres, Eider Riascos, José Antonio Riascos, Víctor Calvo, Armando Suarez, Pola Del Carmen Mena Ortiz, Feliz María Riascos. Sumado a estos asesinatos existen amenazas colectivas a las asociaciones campesinas de ASOCOMUNAL y ASCAMTA, a reincorporados de las FARC-EP y servidores públicos/as del Municipio, incluyendo al alcalde del municipio.

 

Si revisamos el panorama nacional, el número de víctimas en el periodo del actual gobierno, suman 618 líderes sociales y defensoras de Derechos Humanos asesinados, en su mayoría pobladores de zonas rurales (indígenas, campesinos y afrodescendientes). En el año 2019 ocurrieron 33 masacres, mientras que en el año 2020 se incrementaron a 65 evidenciando un incremento cerca del 100% de estos lamentables hechos.

 

Si comparamos las muertes por pandemia del COVID-19. En Argelia han muerto cinco (5) personas por este virus, mientras que por las balas asesinas de paramilitares han muerto 90 personas hasta la fecha.

 

Frente a tan lamentable panorama las comunidades del Cañón del Micay se fortalecen y surgen cientos de líderes y lideresas que luchan por la vida, la permanencia y la defensa del territorio.

 

La Caravana Humanitaria “Por la vida y la defensa del territorio en el cañón del Micay” busca visibilizar, acompañar y requerir a todos los acompañantes. Rodear a las comunidades, sus organizaciones, sus líderes y a la vez plantearle al gobierno y al resto de colombianos y colombianas:

 

1. Desde todos los extremos del país. Las organizaciones sociales, ONG defensoras de DDHH, organismos internacionales y demás acompañantes; queremos extender un mensaje fraterno de hermandad y solidaridad a todas las víctimas de los hechos violentos ocurridos en el cañón del Micay. 

2. Rechazar la presencia de grupos armados paramilitares en el territorio y los hechos violentos causados en contra de campesinos, afrodescendientes y ex guerrilleros de las FARC EP en proceso de reincorporación. 

3. Exigirles a estos grupos armados, cesar el asesinato y el reclutamiento forzado de jóvenes, niños y niñas en el territorio, bien sea por ofertas económicas u obligadamente.

 

La Caravana le exige al Gobierno Nacional

 

1. Garantizar el cumplimiento y la implementación integral de los Acuerdos de Paz firmados entre el Estado Colombiano y las FARC– EP. Para esto se requiere la asignación de recursos por parte de la nación que permitan la materialización práctica, e integral de dichos Acuerdos.

 

2. Reanudar los diálogos de Paz con el ELN, indispensables para lograr la salida política al conflicto social y armado que vive el país. 

3. Frenar la intención de reanudar las aspersiones aéreas con glifosato y todas las formas de erradicación forzada que empeoran la crisis, no solo social sino ambiental y económica. 

4. Implementar el Acuerdo Colectivo de Sustitución firmado en Argelia por comunidades y gobierno nacional el 17 de marzo de 2018 en el marco del punto 1 Reforma Rural Integral y el punto 4 principalmente el Programa Nacional Integral de Sustitución PNIS. 

5. Exigirle al Presidente Duque y a su ministro de defensa que cambien los discursos incendiarios de guerra por un llamado a la  reconciliación, la convivencia y la paz de todos los colombianos. 

6. Exigirle a este gobierno, dar trámite al Reconocimiento del campesinado como sujeto político de Derechos y de especial protección. 

7. A la fuerza pública, actuar en el marco de la constitución y la ley, respetando los DDHH, el DIH, los tratados internacionales y a desistir de cualquier connivencia con grupos armados ilegales en el territorio. 

8. A la Fiscalía General de la Nación y a los altos mandos Militares y policiales, investigar los hechos que denuncian las comunidades de una estrecha convivencia entre miembros de la fuerza pública con actores armados.

 

A los acompañantes, organismos garantes defensores de derechos humanos nacionales e internacionales: 


1. Insistir ante los organismos internacionales hacer veeduría sobre la efectiva implementación de los acuerdos de paz entre el Estado y las FARC-EP. 

2. Hacer incidencia para la reactivación de las negociaciones entre el gobierno actual y el ELN. 

3. Elevar ante organismos Internacionales y Derechos Humanos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH y la Corte Penal Internacional CPI, los graves hechos en materia de violación de DDHH que vienen sucediendo en el territorio del Cañón del Micay y en Colombia, como política implementada por el actual gobierno. 

4. Mantener el acompañamiento, seguimiento y requerimiento permanente al accionar de la fuerza pública y los actores armados en contra de los líderes y defensores de DDHH, las organizaciones sociales y la población en general que habita estos olvidados territorios.

 

5. Verificar por que en un municipio tan militarizado suceden homicidios de líderes sociales, constantes hechos de expropiación y despojo.

 

6. Brindar garantías de protección a los líderes amenazados

 

7. Cesar el ejercicio de estigmatización y persecución a exguerrilleros reincorporados, que ejercen trabajo de liderazgo social y enfocarse en los actores armados que hacen daño a la población.

 

Cañón del Micay octubre 31 y noviembre 1 de 2020

El Parque La Factoría de Palmira lleva nueve años acogiendo a cientos de jóvenes que resisten a la estigmatización mientras promueven la cultura a partir de múltiples expresiones artísticas, un proceso que nació de la mano de un tejido de pasiones y esfuerzos que dieron vida al Festival Cultura al Parque, el cual hoy llega a su novena versión.

 

Ver: Video promocional

 

Sus principales gestores son dos jóvenes, Frank San Martín y Lady Holguín, artistas que integran el colectivo artístico Kortina Negra

 

“El Festival nació de un proceso cultural y artístico de jóvenes que nos tomamos los espacios públicos para revindicar el sentir y el pensamiento desde la visión juvenil, un empoderamiento que reivindica luchas artísticas, populares y sociales por medio de tomas culturales”, explica Lady Holguín, una de las coordinadoras del Festival

 

Al igual que muchos festivales, este año Cultura al Parque deberá realizarse de manera virtual. En esta versión la programación será variada y mucho más amplia que la del año anterior. Es así como podremos disfrutar de distintos géneros musicales que van desde lo alternativo hasta la música campesina; de igual modo también habrá teatro, circo y performance, entre otras expresiones artísticas.

 

Año tras año, Cultura al Parque no abandona sus raíces y objetivos, todo lo contrario, reafirma su sentido bajo el lema “contracultura y resistencia”.

 

“Principalmente, desde la propuesta contracultural, uno de los objetivos del Festival es el resaltar, revindicar y fortalecer aquellos procesos artísticos locales, principalmente, que estén alrededor de pensamientos emergentes y revolucionarios”, afirma la joven artista.

 

La inauguración del Festival tendrá lugar este jueves 29 de octubre a las dos de la tarde, y se extenderá hasta el 1 de noviembre. Podrás disfrutar de toda la programación a través de las transmisiones en vivo que realizarán desde su página de Facebook:

 

Cultura al Parque / Octubre 29 – Noviembre 1

https://www.facebook.com/culturaalparquepalmira/

Redacción REMAP

En un país donde el rostro de comunidades y diversos sectores de la sociedad ha sido desconocido, siendo además estigmatizados por ser poblaciones que viven en medio del conflicto armado, o porque pertenecen a barrios donde la desigualdad del modelo económico neoliberal, a diario, les roba condiciones materiales de existencia adecuadas para el buen vivir, brindarles espacios para que sus voces narren sus sueños, sus proyectos de vida y realidades, constituye un paso fundamental para encontrar esa verdad oculta, digna, que deja en ridículo a la verdad oficial construida y maquillada por los intereses del poder que gobierna. 

Por fortuna, en distintos lugares de Colombia se trabajan propuestas para contradecir y resistir a esa construcción única y manipulada de verdad que no reconoce a pueblos y comunidades.  Tal es el caso del barrio Pizamos 1 de Cali, donde esa búsqueda de la verdad, con los rostros y voces de sus protagonistas, tomó forma gracias al proyecto Hilando Fino “en Busca de la Verdad”, el cual fue adelantado por la Fundación Gabinete Caligari, Taller Abierto Acumulaciones, colectivo artístico Létincelle y la Arquidiócesis de Cali. 

Esta iniciativa se desarrolló en el marco del Convenio de cooperación entre la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y ACDI/VOCA, cuya metodología empleó el arte como potenciador de sentires, relatos y formas de expresarse en comunidad. 

Con talleres de fotografía, esténcil, pintura, entre otros, de forma virtual la comunidad accedió a otro tipo de lenguajes que luego permitieron fortalecer el tejido social y su visión del mundo. 

“La búsqueda de esa verdad se fue hilando a través del arte como herramienta esencial. Por medio de esté fue posible difundir ideas, crear narrativas, sanar heridas, fortalecer el tejido social y tocar temas sensibles como la memoria histórica de la comunidad que han sido víctima de diferentes tipos de violencia durante el conflicto armado en Colombia”, explicó Ciro Ágredo, artista gráfico de L'étincelle. 

En total se adelantaron 6 talleres de forma virtual (video talleres) que eran enviados a la comunidad vía WhatsApp. Posteriormente, de manera presencial, a través de las “Comilonas gráficas”, ollas comunitarias de encuentro, se socializaban los resultados de las actividades propuestas en los talleres, y que durante dos semanas la comunidad debió realizar en su casa. 

"A través de la Acción Participativa los beneficiarios crearon relatos con imágenes realizadas por ellos mismos donde se reconocieron a sí mismos y reconocieron al otro como alguien como ellos. Los video tutoriales sirvieron también como herramienta de comunicación alternativa, que contribuyó a la construcción de relatos y narrativas para el Esclarecimiento de la Verdad, la convivencia, el respeto, la tolerancia, el reconocimiento de responsabilidades y la no repetición de acciones violentas”, indicó el artista de L'étincelle. 

Este proyecto también pudo desarrollarse gracias al apoyo de líderes sociales y comunitarios de la zona, logrando la participación de 50 personas de manera directa y 100 de forma indirecta, con una bella apuesta que posibilitó el dialogo de saberes intergeneracional, donde población infantil, jóven, adulta y adulta mayor, trabajó mancomunada y solidariamente para construir una verdad digna de país.

Por: Alexander Escobar

 


Señor: Iván Duque Márquez

Presidente República de Colombia


Sr. presidente:

Reciba un saludo de la Minga Social y Comunitaria del Sur Occidente de Colombia, por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz.

Desde esta golpeada región de Colombia, las organizaciones firmantes, que estamos a la espera del encuentro con usted como Presidente de todos los colombianos; rechazamos públicamente la continuidad de la violencia socio política en contra de pueblos y comunidades y los homicidios, masacres, atentados, amenazas, desapariciones y desplazamientos forzados, cometidos en contra de personas, líderes sociales, defensoras de derechos humanos, y de ex guerrilleros de las FARC-EP en proceso de reincorporación. Violencia que se suma al tratamiento militar a la protesta social, el uso excesivo de la fuerza y a la brutalidad policial.

La política económica y social de su gobierno, atenta contra nuestra vida y pervivencia como pueblos y comunidades enfocada en contra de los territorios y sectores populares, profundiza la política minero-energética, recorta los derechos democráticos y las libertades ciudadanas; y deteriora permanente la democracia que, se manifiesta en las actuaciones del ejecutivo que pretende concentrar en sus manos las decisiones y todo el poder del Estado desconociendo los fallos de las Cortes y Tribunales.

Hoy, continuamos reclamando la implementación de los acuerdos con el movimiento social, del Acuerdo de Paz de la Habana, y la continuación de los diálogos de Paz, con base en la agenda pactada y firmada entre el gobierno nacional y el ELN, indispensables para lograr la salida al conflicto social y armado que vive el País.

Parar su política económica y social y retomar el camino seguro de la paz es una necesidad que reclama el País, al igual que reclama, al gobierno nacional, que asuma su deber de cuidar y proteger la vida, los ecosistemas, la integridad y seguridad de las y los ciudadanos

Le decimos a Colombia, que persistimos en la búsqueda de soluciones ciertas a las problemáticas que hoy nos aquejan. Esta situación ha sido agravada por efecto de su política de paz y seguridad, y el manejo de la emergencia por la pandemia del COVID 19, con políticas en contra de los sectores populares del país.

El año 2019, usted adquirió el compromiso de dialogar con nuestra Minga del Suroccidente en el municipio de Caldono, pero, a pesar de que llegó hasta este municipio, se negó a reunirse con la población que le esperaba en Minga.

Igualmente, como integrantes del paro nacional iniciado el año pasado, hemos estado a la espera de respuestas ciertas al Pliego Nacional presentado ante su gobierno, pero no hemos visto más que desconocimiento y displicencia ante todos quienes nos movilizamos. Un comportamiento reiterativo, teniendo en cuenta su negación para sentarse con el movimiento universitario en el 2018 que defendía en la calle el derecho a la educación, exigiendo mayor presupuesto que actualmente sigue siendo negado mediante incumplimientos a los acuerdos y la falta de compromiso con la matrícula cero del año 2020 y el salvamento a las IES.

Estuvimos a la espera de las disculpas del Señor ministro de Defensa, por los excesos de la fuerza pública, en especial, lo realizados por el ESMAD de la Policía Nacional durante las protestas desarrolladas en el país a partir del 21 de noviembre de 2019 y en particular en la Minga Suroccidente. Sus palabras y actuaciones están lejos de ser un reconocimiento de la verdad y responsabilidad y pretenden normalizar la violencia estatal y deslegitimar la protesta social. Por lo tanto, señor Presidente, hoy exigimos la renuncia del Ministro de Defensa.

Desde el Suroccidente colombiano y desde las organizaciones y procesos indígenas, campesinos, sindicales, estudiantiles, sociales y populares lo volvemos a convocar, en esta ocasión para el día 12 de octubre del presente año, en el municipio de Santiago de Cali, en la Plaza San Francisco. Allí estaremos esperándolo en minga del Suroccidente, con el fin de plantear nuestras problemáticas, alternativas y exigencias de política económica, social, cultural y ambiental, ante usted, de manera pública ante el país, las cuales se enfocan en las siguientes temáticas:

- Vida y deber de garantía desde el Estado

- Respeto al territorio y a sus pobladores, acorde con derechos diferenciales y colectivos. - Democracia, como base del Estado social de derecho.

- Cumplimiento e implementación del acuerdo de paz realizado con las FARC y avance hacia una paz completa, continuando los diálogos con el ELN.

- Acceso a los derechos fundamentales, sociales, políticos y culturales.

Sr. presidente, lo estaremos esperando. Si ese día usted no llega, los aquí convocantes estamos en la decisión de llegar en movilización pacífica y democrática hasta la capital del País, para exigir lo planteado.

Cordialmente:

MINGA SOCIAL Y COMUNITARIA DEL SUR OCCIDENTE DE COLOMBIA, POR LA DEFENSA DE LA VIDA, EL TERRITORIO, DEMOCRACIA Y LA PAZ.

Cuando el poder pierde una batalla en su propio terreno, responde de dos formas: con violencia asesina incrementado los crímenes de Estado en la guerra contra el pueblo, o negando y tergiversando los hechos que llevaron a su derrota parcial o pasajera. En Palmira (Valle del Cauca), la noche del viernes optaron por la segunda opción.

 

Pasadas las ocho de la noche, el 25 de septiembre mi teléfono recibió la primera imagen del derribo del Monumento al Soldado, un maniquí convertido, a la fuerza, en una estatua con pala, pintada de dorado, que reposaba al frente del Batallón de Ingenieros Agustín Codazzi de Palmira. La foto me llegaba de manos de César Montoya, encargado de prensa de Palmira Humana, quien registró el hecho sin saber que su fotografía terminaría en los diversos medios del país sin darle crédito alguno.

 

Su derribo ocurría en medio del acto simbólico convocado, principalmente, por la comunidad LGTBIQ del municipio, que también fue acompañado por otros sectores de la sociedad que protestaban por la muerte de Juliana Giraldo Díaz, integrante de la comunidad trans asesinada por el Ejército el 25 de septiembre en Miranda, municipio del departamento del Cauca.


 

La foto me tomó por sorpresa, pues minuto a minuto seguía el acto de protesta y no daba indicios de desencadenar en enfrentamientos con la Fuerza Pública, y menos que hubiera intensión de derribar el maniquí. Y también tomó por sorpresa a mi colega que observó cómo de manera intempestiva alguien subía a la base del monumento y, sin mayor esfuerzo, le derribaba.

 

A pesar de ser un lugar infestado, supone uno, de cámaras de vigilancia, todo indica que hay quienes prefieren correr el riesgo de ser judicializados, a tener que pasar frente a la historia como personas tibias que no protestan de manera significativa contra símbolos institucionales que perdieron legitimidad hasta convertirse en representación de la vergüenza, el crimen y la impunidad contra el pueblo.

 

Constados los hechos y contando con una fuente confiable, la primera aparición de la foto tuvo lugar en la página de Facebook de la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP), afirmando que el monumento había sido derribado. Posteriormente se viralizó hasta llegar a los medios de comunicación que, amparándose en declaraciones oficiales que encubrían el derribo, publicaron versiones tan estúpidas, tan vergonzosas, que no tardaron en decir que todo se trataba de una caída accidental, producida por del peso de una bolsa que terminó desplomándole.



Tumbaron el macho

Lo que representa el derribo de la estatua de Sebastián de Belalcázar en Popayán y el muñeco de Palmira, tiene similitudes en cuanto a la confrontación y derrumbe de ídolos que tienen como misión posicionar ideologías del poder que se imponen por la fuerza sobre un pueblo dominado, tanto física (a través de las armas y la represión) como mentalmente (por medio de símbolos que encarnan sumisión, y que pasan de generación en generación hasta que son derribados).

 

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Sin embargo, la acción silenciosa en Palmira a cargo de las autoridades, de negación y ocultamiento, en comparación al despliegue ruidoso de protesta de las élites del país por lo ocurrido en Popayán, marcan una diferencia: la caracterización patriarcal, homofóbica, machista, que se edifica en la figura del soldado, a manera del macho fuerte como máquina asesina que no puede ser derribado por la protesta de “un grupo de maricas”.

 

El asesinato de Juliana Giraldo Díaz confirma la acción violenta y asesina del poder que no permite ser cuestionado, que tiene licencia para matar ya sea para mantener al pueblo dominado a través de la Fuerza Pública, o para decir que puede hacerlo porque, simplemente, la Fuerza Pública es representación de las élites que les autoriza para hacerlo de manera indiscriminada.

 

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Emprendiendo acciones discriminatorias, fascistas y homofóbicas, asesinan a integrantes de la comunidad LGTBIQ, violan a niñas y mujeres, golpean ancianos, así como también tienen vía libre para golpear y asesinar a jóvenes con el pelo largo. Pueden hacerlo porque es parte de su recompensa, como un botín de guerra autorizado en tiempos de la Conquista por la Corona española, al que tienen acceso por cumplir la vergonzosa y criminal tarea de sostener a una élite corrupta, mafiosa y asesina en el poder.

 

El derribo del maniquí del soldado en Palmira encarna una dignidad profunda y valerosa, en tiempos donde se te amenaza con la masacre o la cárcel para ser silenciado y doblegado. La comunidad LGTBIQ, que tantos muertos y muertas ha puesto por acción violenta de la Fuerza Pública y una sociedad formada bajo la figura del macho, debe sentirse orgullosa de este acontecimiento significativo que engrandece su lucha y la de todos los pueblos del mundo por lograr un mejor vivir, libre de tiranías como la que vive Colombia.

 

El macho asesino, sumiso y patriarcal debe caer del poder y todos los espacios de la sociedad. Haberlo tumbado en Palmira es un hecho sin precedentes. Y el ocultamiento de este hecho (que el muñeco haya sido reparado con pegamento y pintura, y vuelto a ubicar rápidamente en su sitio) es un asalto a la memoria que lucha contra símbolos e ideologías de la muerte, y única respuesta de una autoridad temerosa de la verdad y el ridículo, cuyo poder se enfoca en esconder esta derrota para que el mundo no tome ejemplo de dignidad.

Por: Alexander Escobar 

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