La represión a la protesta pacífica y la arremetida de las expresiones del neoliberalismo regresó al Ecuador. El gobierno que le precedió a la presidencia de Guillermo Lasso (el mandato de Lenin Moreno) fortaleció los lazos entre el empresariado y el bloque dominante de poder en el país vecino, y su resultado ha sido la precarización de la vida cotidiana de millones de ecuatorianos.

 
Por: Daniela Tejada
Comunicadora Social
 
Informe especial para REMAP
 
Quito, 28 de junio de 2022. La movilización de los pueblos y nacionalidades indígenas en el Ecuador es arrolladora. Son cientos de camionetas, carros particulares y motos pintando un panorama de advenimiento y promesa popular. Este año, ad portas de la celebración del Inti Raymi, llegó a Quito esta fuerza colectiva protegida por ornamentales palos, escudos y eucalipto. El motivo: el alza del combustible y el encarecimiento de la vida. Inicio de las movilizaciones

Inicio de las movilizaciones

Todo se recrudeció luego que la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador)  anunció el paro a principios de junio. Y más cuando al inicio de las movilizaciones, el 14 de junio, el gobierno de Guillermo Lasso retuvo en plena vía pública a Leónidas Iza, presidente de esta organización. Dando como respuesta la consigna “Liberen a Iza”, que se extendió por varias horas, hasta que Iza finalmente fue puesto en libertad.

Las movilizaciones progresivamente entraron por el sur de la capital (Quitumbe, Cutuglagua y Machachi). En esa tarea, la organización barrial fue fundamental para tomar fuerzas y seguir hacia el centro-norte de la ciudad. En el sur, mujeres, hombres y niños cuidaban las vías tapadas hasta altas horas de la noche. Crecían las fogatas cada tres cuadras y los vecinos se reunían para acolitar el aguante. 

Ecuador ha visto el renacer de fuertes levantamientos indígenas desde los años noventa en adelante. En 2019 floreció lo que sería el estallido de Octubre, un paro de 11 días de movilización y resistencia por parte del bloque popular, rechazando los acuerdos entre el ex presidente Lenin Moreno y el Fondo Monetario Internacional.

A pesar del estado de excepción declarado por Lasso hasta el pasado viernes, este año, desde el 14 de junio hasta la fecha, las movilizaciones, la organización barrial, la minga y las variadas actividades culturales han hecho del presente paro nacional, un encuentro entre pueblos en Quito. Todo apunta a que el paro actual es una versión detenida, mejor pensada estratégicamente de Octubre de 2019, en términos de movilización. Sin embargo aún permanecen algunas fragmentaciones entre colectivos y movimientos políticos. 

La represión a la protesta pacífica y la arremetida de las expresiones del neoliberalismo regresó al Ecuador. El gobierno que le precedió a la presidencia de Guillermo Lasso (el mandato de Lenin Moreno) fortaleció los lazos entre el empresariado y el bloque dominante de poder en el país vecino, y su resultado ha sido la precarización de la vida cotidiana de millones de ecuatorianos.

Exigencias del pueblo ecuatoriano

En esta oportunidad, la CONAIE junto a su presidente, Leonidas Iza, convocaron a la ciudadanía a movilizarse por los 10 puntos de la agenda junto a la población indígena como bloque político organizado. Estos tienen que ver con la reducción del precio de los combustibles, congelar el diésel a USD 1,50 y la gasolina extra y ecopaís a USD 2,10, derogar los decretos 1158, 1183, 1054, y entrar en el proceso de focalización a los sectores que necesitan subsidio: agricultores, campesinos, transportistas, pescadores. 

Los 10 puntos  de la agenda representarían alivio económico para más de 4.000.000 de familias; precios justos en la canasta familiar; empleo, salud y derechos laborales; moratoria a la ampliación de la frontera extractiva minera/petrolera, auditoría y reparación integral por los impactos socioambientales; políticas de control de precios y educación intercultural bilingüe.

Hasta la fecha hay negativa de Lasso para negociar publicamente las condiciones de mejora o incluso para conversar sobre los 10 puntos de la agenda. El pasado 27 de junio Lasso dejó esperando a las comunidades, quienes pidieron esta vez un diálogo público, convocando medios de comunicación alternativos a la cita, pero nunca asistió el mandatario. Se cumple el viejo refrán: el indio es un eterno litigante.