Renace la movilización en Ecuador
La represión a la protesta pacífica y la arremetida de las expresiones del neoliberalismo regresó al Ecuador. El gobierno que le precedió a la presidencia de Guillermo Lasso (el mandato de Lenin Moreno) fortaleció los lazos entre el empresariado y el bloque dominante de poder en el país vecino, y su resultado ha sido la precarización de la vida cotidiana de millones de ecuatorianos.
Inicio de las movilizaciones
Todo se recrudeció luego que la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) anunció el paro a principios de junio. Y más cuando al inicio de las movilizaciones, el 14 de junio, el gobierno de Guillermo Lasso retuvo en plena vía pública a Leónidas Iza, presidente de esta organización. Dando como respuesta la consigna “Liberen a Iza”, que se extendió por varias horas, hasta que Iza finalmente fue puesto en libertad.
Las movilizaciones progresivamente entraron por el sur de la capital (Quitumbe,
Cutuglagua y Machachi). En esa tarea, la organización barrial fue fundamental
para tomar fuerzas y seguir hacia el centro-norte de la ciudad. En el sur,
mujeres, hombres y niños cuidaban las vías tapadas hasta altas horas de la noche.
Crecían las fogatas cada tres cuadras y los vecinos se reunían para acolitar el
aguante.
Ecuador ha visto el renacer de fuertes levantamientos indígenas desde los años noventa en adelante. En 2019 floreció lo que sería el estallido de Octubre, un paro de 11 días de movilización y resistencia por parte del bloque popular, rechazando los acuerdos entre el ex presidente Lenin Moreno y el Fondo Monetario Internacional.
A pesar del estado de excepción declarado por Lasso hasta el pasado viernes, este año, desde el 14 de junio hasta la fecha, las movilizaciones, la organización barrial, la minga y las variadas actividades culturales han hecho del presente paro nacional, un encuentro entre pueblos en Quito. Todo apunta a que el paro actual es una versión detenida, mejor pensada estratégicamente de Octubre de 2019, en términos de movilización. Sin embargo aún permanecen algunas fragmentaciones entre colectivos y movimientos políticos.
La represión a la protesta pacífica y la arremetida de las expresiones del neoliberalismo regresó al Ecuador. El gobierno que le precedió a la presidencia de Guillermo Lasso (el mandato de Lenin Moreno) fortaleció los lazos entre el empresariado y el bloque dominante de poder en el país vecino, y su resultado ha sido la precarización de la vida cotidiana de millones de ecuatorianos.
Exigencias del pueblo ecuatoriano
En esta oportunidad, la CONAIE junto a su presidente, Leonidas Iza,
convocaron a la ciudadanía a movilizarse por los 10 puntos de la agenda junto a
la población indígena como bloque político organizado. Estos tienen que ver con
la reducción del precio de los combustibles,
congelar el diésel a USD 1,50 y la gasolina extra y ecopaís a USD 2,10, derogar
los decretos 1158, 1183, 1054, y entrar en el proceso de focalización a los
sectores que necesitan subsidio: agricultores, campesinos, transportistas,
pescadores.
Los 10 puntos de la agenda representarían alivio económico para más de 4.000.000 de familias; precios justos en la canasta familiar; empleo, salud y derechos laborales; moratoria a la ampliación de la frontera extractiva minera/petrolera, auditoría y reparación integral por los impactos socioambientales; políticas de control de precios y educación intercultural bilingüe.
Hasta la fecha hay negativa de Lasso para negociar
publicamente las condiciones de mejora o incluso para conversar sobre los 10
puntos de la agenda. El pasado 27 de junio Lasso dejó esperando a las
comunidades, quienes pidieron esta vez un diálogo público, convocando medios de
comunicación alternativos a la cita, pero nunca asistió el mandatario. Se
cumple el viejo refrán: el indio es un eterno litigante.